Año CXXXIV
 Nº 49.104
Rosario,
miércoles  02 de
mayo de 2001
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Provincia de Buenos Aires
Un cabo denuncia complicidad policial en el misterioso crimen de un menor

Buenos Aires.- Un cabo de la comisaría de Chascomús dejó al descubierto un presunto encubrimiento policial en el crimen de un joven de 17 años, asesinado a golpes en septiembre de 1997, al revelar que recibió órdenes de sus superiores para que confeccionara un nuevo libro de guardia la madrugada en que se cometió el homicidio.
Se trata del cabo Héctor Rolando Durán quien, según fuentes judiciales, declaró el viernes pasado durante 17 horas en el juzgado de instrucción número 1 de Dolores de Carlos Colombo, a cargo de la investigación por el crimen de Emilio Blanco.
El joven fue asesinado el 28 de septiembre de 1997 y su cuerpo apareció brutalmente golpeado a la vera de las vías del ferrocarril en Chascomús.
La pesquisa policial que se inició después del crimen fue cuestionada desde diferentes sectores de la sociedad de Chascomús y, a más de tres años del crimen, no hubo ni un solo detenido por el hecho. En ese tiempo, sólo fue imputado un hombre por falso testimonio que, según fuentes judiciales, fue "preparado" por la policía.
Al declarar ante el juez Colombo, el cabo Durán reconoció que la madrugada del crimen el oficial de servicio de la comisaría de Chascomús le comunicó que el comisario había ordenado confeccionar un nuevo libro de guardia porque el original se había quemado.
Durán admitió que el "nuevo" libro fue rehecho siguiendo instrucciones de lo que se debía escribir y lo que debía ser omitido, entre eso, varios llamados y algunas denuncias sobre otros hechos ocurridos esa noche.
Blanco salió de su casa a medianoche pero después de eso nadie lo vio y su cuerpo, brutalmente golpeado a ambos lados de la cabeza, fue encontrado siete horas después sobre las vías del ferrocarril, en una zona muy transitada.
Esa noche hubo mucho movimiento en Chascomús porque el ex presidente Raúl Alfonsín encabezó un acto electoral ante 300 personas en un club de bochas, ubicado a una cuadra de la barrera del tren.
En un comienzo, la policía y la Justicia "defendieron a rajatabla la hipótesis de un accidente ferroviario" pero los resultados de una segunda autopsia, en 1998, revelaron que Blanco sufrió dos heridas en la cabeza: una que lo mató y otra post-mortem propiciada 15 minutos después.
Esos datos, conocidos poco antes de la disolución de la "vieja" policía bonaerense, sepultaron la hipótesis de que había sido embestido por un tren.


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