Año CXXXIV
 Nº 49.102
Rosario,
domingo  29 de
abril de 2001
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Un blindaje para sostener el blindaje

El gobierno confirmó que prepara un paquete de consolidación voluntaria de la deuda que vence entre este año y el 2005 por una cifra cercana a los 20 mil millones de dólares. De esta manera, pretende patear para adelante el grueso de los compromisos de corto plazo, mediante una operación que se pretende como un aggiornamiento del blindaje financiero.
La estrategia no sólo apunta a postergar vencimientos que representan el 60% de la deuda a pagar en los próximos 5 años sino a abaratar los costos de cobertura del déficit fiscal, que las proyecciones para el 2001 ubican con un desfasaje de 3.200 millones de pesos respecto de las metas comprometidas con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Los economistas coinciden en señalar que la reprogramación de la deuda es una de las variables más importantes para el descenso de las tasas de interés, aún más significativa que la rebaja de los encajes bancarios. Desde los bancos, los directivos prefirieron el silencio de radio hasta tanto no se despejen algunos nubarrones.
Un día después de que Cavallo le bajara el pulgar al titular del Banco Central, Pedro Pou, llegó a Buenos Aires, en una visita de pocas horas, un viejo conocido del ministro de Economía. El viaje de David Mulford, jefe del Credit Suisse First Boston, fue una de las señales más positivas que recibió la conducción económica desde sistema financiero. Mulford fue, durante la anterior gestión del ministro de Economía, un actor de peso en el ingreso de la Argentina al plan Brady.
Mulford se habría llevado la promesa de que su entidad tendría una fuerte participación en un proceso de canje de deuda. A partir de allí, el gobierno recibió la propuesta de "ocho o nueves bancos" para renegociar "voluntariamente" los bonos de la deuda en pesos y dólares que vencen hasta el 2005.
Más allá de que el secretario de Finanzas, Daniel Marx, señalara que el estudio y preparación del canje de deuda llevará entre tres o cuatro semanas, el Ministerio de Economía busca con el sólo anuncio de que el plan está en marcha, recomponer los valores de los títulos públicos y lograr un efecto similar al provocado cuando se nunció el blindaje financiero, cuando el riesgo país bajó sustancialmente. El canje se "realizará en un clima donde se vaya agregando certidumbre", señaló el funcionario.
El primer paso será definir en los próximos días cuáles serán los bancos que llevarán adelante la operación, para lo cual ya se anotaron el Credit Suisse y el JP Morgan.
El gobierno debe pagar 19.676 millones de dólares este año, 16.500 millones en el 2002, 16.200 millones en el 2003, 14.600 millones en el 2004 y 12.800 millones en el 2005.
Economía planea manejar el canje con un volumen mínimo por título, “para que esos bonos tengan alguna liquidez”, señaló el subsecretario de Finanzas, Julio Dreizzen. De todos modos, confirmó que una de las propuestas baraja un monto mínimo de 20 mil millones de dólares o pesos.


Bajar el riesgo
La mayoría de los economistas coincide en que la consolidación de deudas es la llave para desinflar el riesgo país y descomprimir las tasas de interés, induciendo a una reactivación de la actividad productiva, que ya lleva tres años de parate.
Después de la pulseada con Pou, Cavallo logró colocar en la presidencia del Banco Central (BCRA) a un hombre más afín al rumbo que se ha fijado el Palacio de Hacienda.
El ministro busca armar un combo de herramientas financieras para hacerse de dinero fresco sin tener que pagar elevadas tasas de intereses y sin recurrir a los mercados externos. Por esta razón, la consolidación de deuda, la rebaja de los encajes, el impuesto a las transacciones financieras con las que espera recaudar 2.190 millones, más un recorte adicional de 900 millones de dólares en la administración pública, conforman la nueva versión del blindaje financiero. La meta: respetar el compromiso de no superar a fin de año un déficit de 6.500 millones en las cuentas públicas.
En este escenario, el flamante titular del Central, Roque Maccarone, adelantó que está a favor de revisar la política de encajes bancarios, que en la actualidad se ubican en el 18% (más el 4% que los bancos deben tener guardados en sus propios tesoros).
Aunque ya se produjo una rebaja en marzo del 2%, con lo que Cavallo logró hacerse de 2.000 millones permitiendo a los bancos colocar bonos como parte de los encajes, ahora el ministro propone una nueva rebaja de los requisitos mínimos de liquidez.
La otra pata de la estrategia es el waiver (perdón) que otorgaría el FMI por el desvío de 1.022 millones de dólares en las metas fiscales del primer trimestre. El ministro espera cerrar el fin de semana en Washington un nuevo acuerdo con el organismo internacional.


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