El presidente de la Autoridad Portuaria de Tarragona, Lluis Badía i Chancho, estuvo el pasado jueves en la ciudad para formalizar una serie de acuerdos con el Ente Administrador Puerto Rosario (Enapro). Tarragona es uno de los puertos más importantes de España, mueve 28 millones de toneladas de carga anuales y sus directivos tienen particular interés en desembarcar en el puerto local. De allí su participación en la licitación para explotar la concesión de la terminal. En diálogo con La Capital, Badía i Chanco resumió con una frase las expectativas: "El puerto de Rosario es un diamante en bruto, sólo hay que sacarle brillo".
-¿Qué diferencias encuentra usted entre la primera licitación del 97 y la actual situación del puerto de Rosario?
-Tenemos socios que estuvieron en el 97 y que siguen apostando a Rosario. Por otra parte creemos que la situación actual es distinta y lo pasado, pasado está. Lo que queremos es mirar hacia adelante.
-¿Es posible escindir el contexto económico que atraviesa el país de las potencialidades que presenta el puerto?
-La situación de la Argentina es complicada, pero somos conscientes de que el futuro pasa por los puertos. En España el 85 por ciento de las importaciones se realiza vía marítima. ¿Por qué no va a pasar lo mismo aquí? Se puede potenciar esta alternativa teniendo en cuenta la seguridad de las cargas y los gastos de traslado. Estamos convencidos de que las expectativas de consumo de Rosario son ilimitadas y por eso nuestro grupo, que factura más de 1.700 millones de dólares al año, hace en Rosario una apuesta. No hay que olvidar que detrás de Rosario está Córdoba con su potencial industrial como el manejo de cargas con automóviles. Por otro lado se debe tener en cuenta al sistema de contenedores, porque este mercado está ahí cerca en Buenos Aires y abierto para trabajarlo. Queremos que el contenedor llegue aquí en la forma más económica posible.
-¿Qué avances han concretado para instalar una terminal automotriz en el puerto local?
-Ya están los contactos con General Motors (empresa que ya está trabajando en Tarragona) y Renault en Córdoba. Hay un tema claro, si al puerto le va bien, a Rosario le va a ir bien. Esta dinámica en Tarragona es vital. Los rosarinos lo verán como una posibilidad indiscutible de futuro. Pondremos nuestro grano de arena para que sea una realidad, porque la salida al mar está en esta ciudad.
-¿Qué diagnóstico hace del estado actual del puerto de Rosario?
-Un tema fundamental es el tema de la fruta y esto implica la disposición de cámaras de frío. Luego el manejo de azúcar, automóviles, graneles, etcétera. Soy optimista porque el volumen de industria, que está al lado de Rosario, puede lograr que el puerto de Rosario vuelva a hacer lo que era.
-¿Qué le puede prometer al empresario local?
-Le garantizo máxima transparencia informativa y que el puerto no viva de espaldas a la ciudad. Y además que los costos sean los mejores y los más competitivos. Vemos en esta licitación del puerto de Rosario la oportunidad para competir con otras terminales cercanas.
-¿Se plantea un escenario complicado con esta multiplicación de puertos que han florecido en la región?
-Rosario ha tenido cargas que perdió. De entrada hay que recuperarlas, y a corto plazo debe mover un volumen comparable a siete años atrás. A esto se le deben agregar cargas nuevas que se puedan incorporar con una nueva infraestructura de servicios. Y no hay que olvidarse del ferrocarril como elemento importante en la logística de la terminal.
-¿Cómo analiza hoy el intento de Tarragona de participar en la anterior concesión en manos del grupo filipino Ictsi cuando su continuidad tambaleaba?
-Creíamos que se podía salvar la impasse que se produjo, pero no fue posible jurídicamente. Pero ahora esperamos que el puerto local sea una referencia en Sudamérica y en los puertos del Mercosur.
-¿Es el puerto local un diamante en bruto?
-Estoy convencido. En los años 20 era un diamante y se ha convertido en una joya en bruto. Pero si le sacamos el brillo, entre todos, será un diamante supercotizado y anhelado por mucha gente.
-Los sucesivos conflictos laborales de los estibadores tuvo mucho que ver con la crisis del puerto local ¿cómo visualiza este tema?
-La solución de los problemas laborales pasa porque el puerto pueda emplear a más gente. Y creo que las conversaciones con el gremio que hemos tenido van por buen camino. Además existe un convencimiento de que hay que arrimar el hombro para salir adelante. Todos debemos ser capaces de buscar el interés común. El éxito del puerto será la suma de todos los implicados, desde el último trabajador al máximo directivo.
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"Hay que recuperar las cargas que Rosario perdió". |  | Ampliar Foto |  | |
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La Ciudad
