Siete grupos de productores apícolas de Santa Fe y Córdoba se asociaron entre sí y están exportando a la Unión Europea. La iniciativa abarca grupos del centro oeste santafesino, ubicados en la zona de Rafaela, Sunchales, Ceres y Crucellas, y de La Francia y Devoto en la provincia mediterránea. En total, unos 150 productores.
"Entre enero y marzo de este año ya se lograron hacer dos exportaciones a Alemania y una a España", cuenta Javier Caporgno, coordinador del proyecto. Según dicen los protagonistas, los europeos quedaron tan conformes que ya anticiparon su intención de seguir comprando miel a la unión de estos productores apícolas.
Pero, explica Mariano Gigón (otro de los involucrados en el proyecto) "en este momento ya nos quedamos sin producto, por lo que nuestra intención es sumar más interesados a esta iniciativa", sostiene.
El éxito de "Sur, miel argentina de calidad certificada" se basa en toda una forma diferente de trabajar. A expensas de los asesores de Inta Cambio Rural, se redactó un protocolo con las normas de calidad para la producción de manera de unificar los criterios para el trabajo de todos.
Allí se estableció que no se usaran antibióticos, ni acaricidas de síntesis y que todas las salas de extracción deben estar habilitadas por Senasa. Además, se fijó una serie de pasos tendientes a hacer un seguimiento y un registro de cada productor y de cada colmena.
Esto permitió, a su vez, asegurar la trazabilidad de cada producto. Así, los productores pueden ofrecer una miel de alta calidad e inclusive diferenciar cada producto por variedad floral.
Según aseguran los productores, esta forma de trabajo no implica un mayor costo sino que, por el contrario, permite hacer un uso más eficiente de los recursos. "En lugar que cada productor tenga su salita, se hace una sala común y eso permite bajar costos", sostienen.
A su vez, esto les ha permitido obtener un precio mucho mejor al que se puede obtener trabajando de la forma convencional. Según el producto, este sobreprecio obtenido puede variar entre un 15 y un 40 por ciento más. "Acá hay que aclarar que no estamos haciendo miel ecológica para un nicho diferencial que lo va a pagar el doble", dicen los productores. Contrariamente se trata de una forma de trabajo que próximamente exigirán todos los clientes externos.
Productores se buscan
"Este cambio no lo hicimos porque a nosotros se nos ocurrió sino que fue el mercado el que cambió", explican. En efecto, recientemente las autoridades europeas sacaron una norma que decía que no comprarían más miel con antibióticos o acaricidas de síntesis. En esa misma dirección también resolvieron que no comprarían miel que no viniera de salas oficialmente habilitadas por Senasa.
Teniendo en cuenta que el 90% de la miel argentina se exporta, está claro que el gran mercado está fuera de las fronteras nacionales. En consecuencia, "aquellos que no se adapten, en poco tiempo no podrán seguir vendiendo su miel en este mercado", asegura uno de los asesores.
La estructura de "Sur" se edificó sobre los grupos apícolas de Inta Cambio Rural santafesinos unidos a dos grupos cordobeses vinculados a los Centros Juveniles de Sancor.
Esta vinculación permitió hacer una sociedad con Sancor para facilitar de este modo la salida exportadora de la producción. Sancor es uno de los mayores fraccionadores de miel tanto para el mercado interno como para Brasil. Y es uno de los mayores exportadores de miel argentina.
Sin embargo, la salida exportadora ofrece ciertos problemas que se están tratando de salvar en este momento.
La principal dificultad que tiene es encontrar una forma de prefinanciar las exportaciones. Como es usual en operaciones de mercado exterior, entre su realización y su cobro suele pasar un tiempo que puede hacerse demasiado extenso para el productor.
En este sentido actualmente se están haciendo gestiones con el ministerio de la Producción de Santa Fe. Este ministerio ya viene trabajando conjuntamente con este grupo apoyando el proyecto a través de la dirección de Recursos Naturales que dirige Ricardo Biani.
En cualquier caso, los responsables de la iniciativa afirmaron que tienen la intención y la necesidad de sumar nuevos grupos de productores. "No se cobra ningún tipo de derecho para entrar en el sistema", aclara la gente que lleva adelante el emprendimiento apícola.
La Ciudad
