Año CXXXIV
 Nº 49.101
Rosario,
sábado  28 de
abril de 2001
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Ganaderia
Aftosa: ya nadie quiere salir en la foto

Angel Girardi (*)

Qué paradoja del destino! A las malas noticias nadie las asume, pero a las buenas les sobran padres. Si no, veamos la cronología de los sucesos acaecidos con la aftosa desde mayo de 2000 a estos días.
El daño que se provocó fue muy grande. Así, mientras en París se peleaban por la foto, ahora se pelean pero por no salir en ella.
El sector entró en una profunda crisis con el cierre de nuestros principales mercados en la Unión Europea, EEUU, Canadá y Chile. Las pérdidas alcanzarán entre 480 y 500 millones de dólares anuales y se verán afectados 10 mil puestos de trabajo. A los mercados citados hay que agregar Singapur, China, Emiratos Arabes, Colombia, Venezuela, Argelia, Suiza, Portugal, que también nos cerraron las puertas. Tampoco podemos omitir a Brasil, Paraguay, Bolivia y Uruguay, que interrumpieron el libre paso de la producción bovina argentina.
En este contexto, queremos que se tome conciencia de la importancia de destacar el potencial que tenemos con una promoción permanente y organizada desde nuestro país hacia el mundo. Lamentablemente el necesario Instituto de Promoción no existe todavía. Pero lo seguimos esperando.
Pero por otra parte, no se puede omitir que muchos frigoríficos estaban concursados mucho antes de que aparezca el problema de la aftosa, por lo que sería una verdadera injusticia que esta enfermedad les sirva a algunos para blanquear situaciones de despido y créditos blandos, en detrimento de otros que trabajaban bien hasta las actuales circunstancias, cumpliendo con los obreros y los productores en tiempo y forma.
No hay que olvidar que en Argentina existen 252.907 productores ganaderos con una distribución muy despareja del stock bovino. Según datos del Inta Balcarce, esa distribución es: el 75% posee hasta 200 cabezas, 15% hasta 500 cabezas, 6% hasta 1000 cabezas y 4% más de 1000 cabezas.
Evidentemente la situación cambió para nosotros, y no para bien. La ganadería no es sólo un rubro en el sector agropecuario sino una larga cadena dadora de empleo y mano de obra. Todos están mal y ven "adelgazar" sus bolsillos peligrosamente. Pero lo que es aún peor, es que este maldito virus atenta contra el "mercado de la ilusión". Producir en este país no es un negocio hace rato, es un sentimiento. Un sentimiento que está golpeado y podrá influir peligrosamente en el deseo de "salir de la vaca" y volcarse a la agricultura.
No hay que olvidar que en esta época se definen los planes de rotación y retención de vientres, se planifican los movimientos, etcétera. De ahí la importancia de salir de esta contingencia cuanto antes.
Venimos luchando desde hace un siglo y combatiendo el flagelo de la aftosa. Primero con la policía de sanidad animal en el 1900, luego, en 1945 con la creación del Instituto para la Elaboración de Vacunas contra la Fiebre Aftosa. En 1960 nace la Comisión Asesora Nacional para la Erradicación de la Aftosa (Canefa), que juntaba a organismos oficiales y particulares. En 1963 se creó el Selsa (Servicio de Luchas Sanitarias). En 1972, por ley nacional nace el Senasa que comienza a instrumentar planes de control.
En los 90 se pone en marcha el plan nacional con las fundaciones y la vacuna oleosa. En 1997, Argentina es declarada libre de aftosa con vacunación. En 1999 se dejó de vacunar y en mayo de 2000 fuimos libres.
Parece mentira que en menos de un año nos hallamos quedado sin nada.
Durante la última campaña de lucha y erradicación nuestros productores aportaron 1.200 millones de dólares, amén de las pérdidas de productividad por movimientos, machucones, aguachamientos, etcétera.
¿Se puede dejar en el camino tanto esfuerzo? Estamos convencidos que valió la pena lo que hicimos, como que no fuimos correspondidos como nos merecíamos.
Como somos productores genuinos que no estamos de paso, y nos quedaremos en el sector si no morimos en el intento, proponemos como medida urgente un plan de vacunación amplio, racional, con vacuna en cantidad y calidad que debe comenzar a aplicarse en tiempo y forma para contrarrestar la zonificación que trae problemas de movimiento importantes al ganadero. No debemos olvidar que el destete es el arma vital de ajuste en un rodeo. Al estar inmovilizado acarrea más inconvenientes. El plan no puede esperar.

Más allá de las fronteras
Argentina debe exigir la vacunación a todo el Mercosur. Es fundamental que los países miembro del bloque y vecinos tengan el mismo status sanitario.
Argentina se tiene que convertir en el adalid de la lucha sanitaria en el continente. Así como están los cascos blancos para luchar y conservar la paz, hay que instrumentar una fuerza sanitaria internacional que no sólo controle la aftosa sino además enfermedades que atentan contra la producción bovina. Por eso proponemos la creación de los "cascos verdes", pero para ello necesitamos instituciones creíbles. De allí la importancia de una reestructuración seria y frontal del Senasa que debe estar dotado además de un área internacional con personal altamente profesionalizado que sea capaz de prever, negociar y resolver conflictos en los distintos escenarios en que le toque actuar.
La próxima foto, si hacemos las cosas bien, vendrá sola. Pero en ella deberán estar las que no hablan y sobreviven todos los embates: nuestras 50 millones de vacas. ¿Habrá llegado la hora de ser cuerdos como ellas?
(*) Presidente de Aprocaboa



La reaparición de la aftosa alteró el sistema productiva.
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