Año CXXXIV
 Nº 49.101
Rosario,
sábado  28 de
abril de 2001
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Newell's
Rosales se quedó sin jugar contra River
Se lesionó en el tobillo y en su lugar irá Quintana

Gustavo Conti

Apenas iban 3 minutos de entrenamiento en Bella Vista. Ribolzi había parado el mismo equipo del jueves en el Coloso, dejando en claro que era el que tenía decidido para enfrentar mañana a River Plate. Pero en ese momento Pavlovich habilitó muy bien a Mauro Rosales, quien entrando por la medialuna del área fue trabado justo por un defensor de la cuarta división rojinegra. Resultado: esguince de tobillo derecho y cambio obligado para jugarle a uno de los líderes del Clausura. En definitiva, Diego Quintana será el titular.
La jugada fue desgraciada, ya que el juvenil rojinegro que trabó a Rosales lo hizo bien y sobre la pierna izquierda del delantero, quien apoyó mal la pierna derecha y se le dobló el tobillo. La zona se le inflamó inmediatamente, aunque por fortuna para el jugador no hubo roturas sino una distensión ligamentaria.
Curiosamente, o tal vez especulando con dejar la duda hasta último momento, el médico rojinegro Ignacio Astore dejó un mensaje "optimista" en cuanto a las posibilidades de que Rosales se recupere en menos de 48 horas y pise el césped del Coloso, y hasta aseguró que le hizo al delantero "la oferta de infiltrarse".
A ese supuesto "optimismo" se le adosa el del propio Rosales, quien con la frescura de un pibe que no parece contaminado por los versos del fútbol profesional, señaló que "yo quiero jugar, tengo muchas ganas". En las declaraciones de ambos, parecía que existía una puerta abierta pero hay demasiados indicios como para redondear la afirmación de que no sólo no se recuperará a tiempo, sino que no está en la cabeza de nadie arriesgarlo.
El facultativo rojinegro pronunció esas palabras al retirarse del predio de Bella Vista, mucho tiempo después de ocurrida la lesión y mientras todos los medios lo grababan. Antes, apenas terminó de revisar por primera vez a Rosales, había sido más preciso en sus apreciaciones. "No es un esguince grave pero tampoco leve. El hecho de que se le inflamó rápidamente así lo demuestra", dijo. Y pese a que oficialmente comunicaba que iban a esperar la evolución, en off admitía lo lógico: que no jugaría.
Para reforzar la certeza de que Rosales no será de la partida hay que tener en cuenta otros elementos. El tobillo lesionado es el mismo que lo tuvo a maltraer el año pasado, y por el cual llegó hasta ser enyesado. Por eso sería una imprudencia infiltrarlo para que juegue.
Además, desde que Ribolzi está al frente del equipo, ningún jugador fue infiltrado ni se lo arriesgó si había dudas en cuanto a su condición física.
Y por último, no hay que olvidar que Rosales estaba entre los once porque se había contracturado Quintana, y que Ribolzi consideraba que había que llevarlo de a poco para no cubrirlo de responsabilidades. Es decir, no es imprescindible y para el Ruso ninguno lo es.
Entonces, no hay ningún motivo sólido que impulse a Ribolzi y al cuerpo médico a tomar la decisión de arriesgarlo. Más allá de las declaraciones de rigor, Rosales se retiró de Bella Vista dolorido, con hielo en el tobillo y sólo con las ganas como sustento para sus chances.



Rosales no jugará mañana ante River.
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