Año CXXXIV
 Nº 49.099
Rosario,
jueves  26 de
abril de 2001
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El premier nipón desafía las estructuras del poder tradicional
El reformista Junichiro Koizumi expresó en campaña: "Sin dolor no se puede avanzar más"

Lars Nicolaysen

Tokio. - Con la elección del político reformista Junichiro Koizumi como presidente del gobernante Partido Liberal Demócrata japonés (PLD) y nuevo primer ministro "de facto", Japón está viviendo una pequeña revolución. Tras años de estancamiento político y económico, de repente aparece en lo más alto de la segunda potencia económica del planeta un hombre que quiere romper con la estructura de poder tradicional del PLD y emprender una reforma en el país tanto a nivel político como económico. Aún queda por ver si es capaz de conseguirlo a pesar de las presiones de la "vieja guardia" del partido.
Koizumi -que hasta su elección como presidente ocupaba la cartera de Sanidad del gobernante Partido Liberal Demócrata-, ha afirmado que para poner en práctica la reestructuración empresarial necesaria, Japón tendrá que estar dispuesto a renunciar a uno o dos años de crecimiento económico. Eso significa aceptar que aumenten las cifras del paro y se produzca la quiebra de algunas empresas. "Sin dolor no se puede avanzar más", expresó Koizumi durante su campaña electoral, con esa voz enérgica, segura, casi agresiva, que le caracteriza.
Koizumi quiere acelerar así las reformas necesarias en el mercado de finanzas y poner fin a una deuda estatal que se desborda. Sin embargo, los analistas advierten al futuro primer ministro de Japón que las expectativas pueden resultar excesivas y le piden que concrete cómo serían en la práctica esas reformas de las que habla.

"Cambiemos Japón"
De todas maneras, con eslóganes como "Cambiemos el PLD y Japón", Koizumi se ha ganado la confianza de numerosos políticos hastiados por la situación en Japón. De hecho se ha convertido en uno de los políticos más queridos del país, aunque este joven divorciado, con su permanente y su atractivo aspecto, siempre a la moda, también se ha topado con las críticas de los políticos más veteranos, que le tachan de ser un tipo "excéntrico" y "estrambótico".
Cuando la base del partido, que es la más sensible a la opinión del electorado, también le dio su confianza, los barones del PLD ya no pudieron oponerse durante más tiempo. Al fin y al cabo, Koizumi es un veterano del partido, padre de dos hijos y aliado de su predecesor, el hoy caído en desgracia Yoshiro Mori.
Koizumi, de 59 años, viene de una familia de políticos de la provincia de Kanawaga, muy cerca de Tokio. Licenciado en Empresariales por la prestigiosa Universidad de Keio, entró a formar parte del parlamento en 1972. También estudió en Londres, volvió a Japón en 1969 y tras la muerte de su padre, uno de los jefes de la administración de justicia, se instaló en Tokio y se convirtió en secretario del ex primer ministro Takeo Fukuda. Más tarde ocupó las carteras de Sanidad y Telecomunicaciones. En ese momento reemplazó los veteranos en los principales cargos ministeriales por políticos jóvenes, hombres y mujeres muy calificados que provienen de la empresa privada.
Durante cuanto tiempo conseguirá Koizumi mantener a su equipo al frente de la economía de Japón, que actualmente fluctúa como un barco a merced de las olas, dependerá en gran parte de si consigue, contra todo pronóstico, que el PLD gane las elecciones que se celebrarán el próximo mes de julio para elegir la Cámara alta. A Koizumi le quedan exactamente tres meses y las perspectivas son alentadoras. Todo está en sus manos y en su plan de gobierno.



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