Los vuelos de las empresas Aerolíneas Argentinas y Austral continúan suspendidos debido al paro por tiempo indeterminado que llevan adelante los trabajadores técnicos de las dos compañías, mientras el gobierno ordenó a los sectores que garanticen el 50 por ciento de los servicios. La protesta de los técnicos impidió que ayer pudieran realizarse los vuelos desde el Aeroparque metropolitano Jorge Newbery y desde el aeropuerto de Ezeiza, por lo cual cientos de usuarios pugnaban, sin suerte, por lograr un pasaje en otra empresa aérea. Una última reunión entre las partes, realizada en el Ministerio de Trabajo, no prosperó.
Además, en la sede de Aerolíneas Argentinas, ubicada en Perú2 de la Capital Federal, se recibió una amenaza de bomba que obligó al personal de la Brigada de Explosivos de la Policía Federal a evacuar las instalaciones.
Así, se agudizó el conflicto que comenzó anteayer a las 10, cuando los trabajadores nucleados en la Asociación de Personal Técnico Aeronáutico (Apta) decidieron realizar un paro por tiempo indeterminado para rechazar el despido de 220 trabajadores de esas empresas.
Debido a las serias dificultades que sufrían los pasajeros, el Ministerio de Trabajo ordenó que "Apta, Aerolíneas Argentinas y Austral deberán garantizar el 50 por ciento de los vuelos de cabotaje e internacional", según la instrucción que libró el secretario de Empleo, Anselmo Riva.
"Dijeron que no era un monopolio"
El secretario general de Apta, Ricardo Cirielli, aseguró que "nosotros continuamos el paro y no entendemos la resolución del Ministerio, porque Aerolíneas y Austral siempre dijeron que ellos no eran un monopolio".
"Las empresas decían que sólo concentraban el 50 por ciento del mercado y ahora, con el conflicto, dicen que son un servicio público esencial. El Ministerio nunca dijo nada cuando se levantaban indiscriminadamente rutas aéreas. No les interesaba los pasajeros, los trabajadores, nadie. Con el paro parece que cambiaron muchas cosas", ironizó el sindicalista.
En referencia a la amenaza de bomba, Cirielli aseguró que "nosotros repudiamos todo tipo de intimidación y todo uso de la violencia, porque estamos peleando con la fuerza de la razón".
Sin embargo, reiteró que "el paro va a seguir hasta que la empresa se decida a revisar la suerte de los 220 compañeros que fueron despedidos".
La protesta provocó que gran cantidad de pasajeros se agolparan ayer desde la mañana en las salas de espera de los dos aeropuertos, entre quienes había personas que quedaron varadas desde ayer, y que llegaban para realizar los viajes que tenían reservados para hoy.
El mayor inconveniente lo sufrían los pasajeros cuyos destinos son cubiertos sólo por la empresa Aerolíneas Argentinas, a quienes les tomaban reservas para otro día, pero sin la confirmación de la fecha de viaje, puesto que el paro es por tiempo indeterminado.
Una situación similar se producía en el aeropuerto de Ezeiza, donde sin embargo se estima que de continuar el paro los mayores problemas se producirían por la noche, horario en que Aerolíneas Argentinas tiene programado sus vuelos internacionales a Madrid, Nueva York y Miami, entre otros destinos.El conflicto se profundizó anteanoche luego de que fracasaran las negociaciones entre el gremio y la empresa en el Ministerio de Trabajo que demandaron unas cuatro horas.
Anoche, la dirigencia de Apta y funcionarios de la empresa Aerolíneas Argentinas no llegaron a un acuerdo para levantar el paro. El diálogo fue arbitrado por el Ministerio de Trabajo, que no pudo hacer nada para impedir que la medida de fuerza que afecta al 50 por ciento de los vuelos de cabotaje se mantuviera firme.
La Ciudad
