Año CXXXIV
 Nº 49.096
Rosario,
lunes  23 de
abril de 2001
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Opinión
Crece la imagen de Reutemann en el país

Carlos Duclós

Con frecuencia, el silencio suele ser más elocuente y producir mejores resultados que un fino y elaborado discurso. Son muy pocos los políticos argentinos que, por estas horas, dan muestra de sabiduría y se abstienen de lanzar al espacio verborrágicas palabras que no logran sino contrariar el alicaído ánimo de los argentinos.
En el peronismo, la prudencia del silencio por estos días brilla por su ausencia y los costos de tal despropósito se proyectarán en el futuro.
Inmerso en una interna feroz a nivel nacional que involucra a seguidores del ex presidente Carlos Menem y del presidenciable gobernador de la provincia de Buenos Aires, Carlos Ruckauf, el peronismo atraviesa una crisis de proporciones que alivia hasta cierto punto la comprometida situación electoral de la Alianza.
Hasta cierto punto, cabe remarcarlo, porque no todos en el justicialismo se ahogan en la necedad de las internas y las aguas turbulentas de las palabras que generan acciones sin retorno. Hay alguien que, tranquilo, confiado y muy silencioso, con su característico estilo signado por la meticulosidad, la transparencia y la escasa bambolla, viene apretando el acelerador de la política y garantizando, en cierto modo, la vigencia justicialista como alternativa política en el país: Carlos Alberto Reutemann.
No son pocos los que aseguran hoy que el gobernador de Santa Fe adquiere a cada momento más peso político en el contexto nacional, al punto de que si por estos días se convocara a elecciones para ocupar la Presidencia de la Nación Reutemann se alzaría con un triunfo contundente. A quienes sostienen esto, razones no le faltan y pruebas tampoco: el gobernador logró cerrar las cuentas en la provincia de Santa Fe, no tiene conflictos de orden social en su territorio (como no sean aquellos que pesan sobre todos los argentinos como consecuencia de una política económica que les es adversa), no está involucrado en ninguna interna nacional ni rozado por cuestiones judiciales como muchos de los popes del peronismo y además, está empeñado en resolver rápida y en forma contundente cualquier cuestión que pueda perturbar la confianza que le tienen los santafesinos.
Un allegado al mandatario (que no es precisamente un militante político), aseguró que "al Lole las encuestas realizadas en distintas provincias le dan estupendamente bien y su imagen está creciendo". Lo contrario ocurre con los grandes referentes nacionales del peronismo quienes por estos días se intercambian todo tipo de diatribas. La cuestión de las armas ha socavado la estructura menemista que atribuye a las huestes de Ruckauf alguna participación en el impulso de la causa que tiene el juez Urso. Desde el sector del gobernador bonaerense, cuya acción política de los últimos tiempos no puede ser calificada precisamente de brillante, no se ha escatimado esfuerzo en cuestionar de cualquier modo posible al menemismo con el único propósito de soslayar y devaluar el protagonismo político del ex presidente. Todo ello ante una ciudadanía que asiste con desazón a que en el escenario nacional el peronismo ofrece por estos días más de lo mismo y que la Alianza no tiene otra cosa que dar que no sea la figura de Cavallo que, desde luego, no pertenece al contexto de la coalición.
Ante esta realidad nacional, la figura de Reutemann crece vertiginosamente de la prudente mano del silencio. El gobernador santafesino, conocedor de que la gente está cansada de tanto discurso político, ha puesto en práctica lo que decía el fundador del justicialismo: "Mejor que decir es hacer y mejor que prometer es realizar". Lo cierto es que los resultados al mandatario santafesino, quien ha puesto distancia de tanta insensatez, le son harto favorables.


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