Año CXXXIV
 Nº 49.096
Rosario,
lunes  23 de
abril de 2001
Min 12º
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El CEC inauguró la temporada 2001 con un show multidisciplinario
Gillespie y Mex Urtizberea cerraron un espectáculo que incluyó música, teatro, circo, video y televisión

Orlando Verna

Con un espectáculo multidisciplinario el Centro de Expresiones Contemporáneas (CEC) de la Municipalidad de Rosario inauguró su temporada 2001 en una noche que se presentó como sorprendente y divertida. Quizás dos de las características que pretende imprimirle su dirección en busca de un público joven que el sábado recorrió las instalaciones guiados por una propuesta artística heterogénea ocupando el lugar hasta la madrugada en una fiesta bien regada de música y cervezas.
Si bien la atracción central de la noche fue la actuación de Gillespie, Mex Urtizberea y sus músicos, la jornada había comenzado bien temprano con un número que estrechó los lazos del centro con su hábitat natural, la costa del río Paraná. El Barco Cuidad de Rosario se acercó lentamente al muelle del CEC y se estacionó frente a él con el Ensamble de Vientos tocando en su cubierta una selección de clásicos de la música popular internacional con la dirección de Prudencio Lacámara.
Con el público en la explanada, el show continuó con una performance de extraños personajes encaramados en zancos y malabaristas, quienes ejecutaron dibujos de fuego y danzas asustando a algunas señoras gordas.
Luego, la propuesta itinerante desplazó a los concurrentes al interior del galpón. Allí los esperaban fragmentos de las obras "Catedrales" y "Nang", ancladas ambas en una profundidad poética embellecida por movimientos histéricos en la primera, y románticos, en la segunda.
Para esa hora la conformación del gentío había cambiado y avanzaba veloz hacia una nueva metamorfosis. Del ámbito familiar generado en el principio del espectáculo, el público había mutado para una constelación de amigotes del mundillo artístico aborigen. Más tarde, los más jóvenes coparon la fiesta cuando las actuaciones de Mariquena del Prado y Mimí Nervios y de los Tijuana Boys le asestaron un golpe de risa a la noche. Entre carcajada y carcajada, un video sobre la muestra del pintor Antonio Berni y otro sobre el Centro Audiovisual Rosario amenizaron la velada mientras se aproximaba el número esperado.
Las imágenes de la pantalla trasnochada del Canal 7 volvieron a las retinas de quienes habían ido exactamente eso. Improvisación y desenfado ganaron el escenario cuando Gillespie presentó sus rulos y su trompeta acompañado por una banda que no escatimó virtuosismo a la hora de hacerse oír. La fantasmal magia de la improvisación jazzera hizo eco en el CEC hasta que los siempre desopilantes comentarios de su líder arrancaban sonoras risotadas.
Tras dos temas apareció un Mex Urtizberea ataviado con un ambo marrón con camisa, corbata y sombrero al tono, y su inseparable cigarro en la mano. Mex aportó la cuota de delirio y su interminable imaginación para inventar letras de canciones que hacen de la cacofonía y de la incoherencia sus más filosas virtudes.
Música clásica y moderna, comedia, vodevil, drama, circo e imágenes de video y televisión se amalgamaron en una noche de estreno de temporada que, de mantener firme su propuesta, promete ser atrapante. Después el espectáculo se bajó del escenario y se instaló en la pista de baile donde la gente protagoniza el show de la vida. Una fiesta de viejos conocidos, aquellos por los que el CEC existe como alternativa artística y de confraternización.



Río, música y juegos de fuego en la apertura de la temporada en el CEC.
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