La puesta en marcha del impuesto sobre los créditos y los débitos en cuenta corriente produjo ayer diferentes reacciones entre economistas y empresarios, quienes evaluaron los beneficios y los costos de gravar con el 0,25% estos movimientos financieros.
Una operatoria tranquila en los bancos pero con numerosas consultas por parte del público para conocer los detalles caracterizaron la primera jornada del impuesto a las transacciones financieras y la exigencia de que no se aceptarán pagos en efectivo por encima de los mil pesos.
El ex secretario de Ingresos Públicos, Raúl Cuello, sostuvo que "estamos en presencia del impuestazo más fuerte que se ha aplicado", y estimó que significará un menor poder de compra para el sector privado por 4 mil millones de dólares. Además, el economista señaló que el impuesto "es como si el IVA se hubiera aumentando en un 5%" y consideró que este tributo "tiene efectos que están en las antípodas del discurso reactivante y pro competitividad de Cavallo".
Precisó que "es un impuesto que se introduce sobre toda la estructura de costos, tiene un sesgo antiexportador y, en la mayoría de los casos, lo pagará quien no sea propietario de los cheques ni de las cuentas corrientes, sino el consumidor final".
Por su parte, Orlando Ferreres reconoció que "se trata de una transferencia de recursos del sector privado al público y es un impuesto distorsivo", pero destacó que "mejora la recaudación que es el agujero negro del Estado", puntualizó Ferreres, quien estimó que "con un riesgo país elevado, evidentemente lo primero es cerrar la brecha fiscal, y después tomar medidas para reactivar".
En tanto, Martín Redrado, titular de la Fundación Capital, evaluó que "el impacto fiscal es fenomenal en términos de recaudación, porque ingresarán unos 350 millones de dólares por mes", y destacó que "eso otorga confianza sobre la capacidad de la Argentina para cumplir con sus compromisos".
"Lamentablemente como la Argentina viene de promesas incumplidas, hasta que no se recaude no se restablecerá la confianza", aseguró Redrado, quien pronosticó que "a fines de abril se va a corroborar una mejora recaudatoria y se modificará la confianza externa".
Por su parte, la Asociación de Concesionarios de Automóviles (Acara) envió una carta al ministro de Economía, Domingo Cavallo, advirtiendo que este impuesto afectará los niveles de ingresos del sector y pide su eximición.
Amanecer con un nuevo impuesto
Pese al fin de semana largo por el 2 de abril y a la puesta en vigencia del nuevo tributo a los créditos y débitos en cuentas corrientes, la jornada bancaria se desarrolló con normalidad y no se advirtió un aumento notorio de afluencia de público, pero sí se observó un fuerte incremento de las consultas.\Algunas entidades crediticias admitieron que varias de las consultas no se pudieron satisfacer porque aún falta clarificar la normativa. En cambio, los directivos de algunos bancos señalaron que el jueves y viernes de la semana pasada hubo un notorio aumento en la apertura de cajas de ahorro.
La Ciudad
