Año 49.074
 Nº CXXXIV
Rosario,
domingo  01 de
abril de 2001
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Los bolicheros están hartos de los aprietes para conseguir "protección"
La trama oculta de las coimas en el negocio de la noche rosarina
La Justicia investiga presuntos pedidos de soborno de inspectores municipales. Las cajas negras

Lucas Ameriso

"Doctor, si usted quiere saber quiénes son los coimeros venga a mi boliche y entregue usted los rollitos de billetes a los que pasan: cada noche aparece uno nuevo, que es inspector, que es de Moralidad, que es de la seccional. Yo ya estoy cansado y voy a cerrar". El dueño de la cantina estaba frente al juez de instrucción Carlos Carbone, se había embalado y no podía parar: "Son peores que la mafia. Porque a la mafia se le pagaba y cuidaba que en el territorio no entrara nadie. En cambio, a estos chimangos hay que pagarles para protegerse de ellos: si los inspectores no reciben la coima te clausuran diciendo que hay música después de hora; si a Moralidad no se le da la cuota van a la jueza, le lloran, y le dicen que en el boliche se les vende alcohol a menores. Son todos unos delincuentes. Son de terror".
El escándalo sobre los supuestos pedidos de coima por parte de empleados municipales a dueños de varias disco, caso que motivó el encarcelamiento momentáneo de tres agentes, pone nuevamente en la mira a la controvertida Dirección de Registración e Inspección.
Historias secretas, presunta existencia de cajas recaudatorias paralelas manejadas por inspectores, pactos de impunidad y el nombre de algunos individuos pesados se entremezclan en una compleja trama que el juez Carbone intenta desentrañar por estos días.
Consultas realizadas por La Capital con distintas fuentes -que por temor pidieron mantener en reserva sus identidades- echan algo de luz sobre esta historia y sus protagonistas: los inspectores, los funcionarios políticos del área y el Sindicato de Empleados Municipales, que conocería el tema al dedillo. El capítulo policial también tiene su pimienta (ver página 5).
Cuando la Secretaría de Gobierno municipal denunció hace diez días en los Tribunales al ex jefe de Espectáculos Nocturnos, Julio José Occhi, y a sus dos estrechos colaboradores, Andrés Segovia y Maximiliano Aydar, como responsables de supuestas exacciones ilegales lo hizo tras haber recibido numerosos testimonios de bolicheros. Pero ninguno de estos, cuando volvieron a declarar frente al magistrado, identificó directamente a Occhi en los supuestos pedidos de coima. Por el contrario, comprometieron más a Segovia y Aydar, quienes quedaron bajo la lupa.

Occhi, en la penumbra
La polémica Dirección de Registración e Inspección está conducida actualmente por Analía Antik. El ahora ex jefe de Espectáculos Nocturnos, Occhi, sumariado y apartado del cargo, ingresó a la función municipal en 1983 bajo la Intendencia de Horacio Usandizaga, transitó varias dependencias del Ejecutivo hasta que recaló en Registración.
En el 99 se presentó a concurso y obtuvo el mejor puntaje para obtener el puesto de jefe de Espectáculos Nocturnos, un cargo con mucho poder desde donde se controla todo el negocio de la noche rosarina. Está casado con Agueda Orsaria, presidenta del Tribunal Municipal de Cuentas, y ambos ocupan un amplio y cómodo chalé en Ocampo al 1200.
Fervoroso militante del radicalismo, quienes conocen a Occhi le atribuyen una audacia sin límites. "Tiene un instinto voraz por el poder y es muy ambicioso", expresó una calificada fuente.
Su enfrentamiento a principios del 2000 con la entonces directora de Registración, Stella Maris Andretich, todavía se recuerda en los pasillos de la sede de Ituzaingó y Corrientes. "Todo comenzó cuando se dijo basta y la cana dejó de recibir las 60 lucas al mes que recaudaba el manejo de la noche, porque una parte iba para la policía y otra a los inspectores municipales. Cuando Andretich se puso de fiscal y cortó la transa, cerrando los boliches, saltó la bronca, no sólo con los inspectores, sino con la yuta. Por eso hay que ver bien quién le tiró los balazos en su despacho y por qué no se esclareció el hecho".
El testimonio de un ex agente de la repartición ubicó así el inicio del fuerte conflicto entre Occhi y su superior Andretich. Esta, que estaba en el ojo de la tormenta por una feroz campaña en su contra, terminó acorralada por las denuncias que un misterioso personaje le realizó con información que alguien de Registración filtró de un cajón de su despacho.
Algunas fuentes se animan a señalar que Occhi fue el que realizó esta operación con ayuda de un abogado patrocinante de varios bolicheros en aquella época.
Con la caída de Andretich, el secretario de Gobierno, Antonio Bonfatti, logró bajarle el perfil a Registración. Occhi, por su parte, consolidó su poder dentro de esa repartición y se vio robustecido puertas adentro, ayudado por la campaña contra Andretich que también lanzó por aquella época el radical Jorge Boasso desde el Concejo.
El ahora ex jefe de Espectáculos Nocturnos siempre se jactaba ante sus conocidos de haber sido el verdugo de Andretich, y con esta "jugada magistral" logró consolidar el apoyo que siempre tuvo del Sindicato de Empleados Municipales. Los memoriosos todavía recuerdan el paro salvaje que realizó en el 99 el gremio en la Dirección de Registración pidiendo la renuncia de Andretich porque la entonces funcionaria había reconocido ante la prensa que dentro de su repartición había inspectores corruptos. Esta reacción dejó al desnudo dónde se para el Sindicato Municipal en este tema.

Antik había sido advertida
Analía Antik, al asumir como titular del área tras el desplazamiento de Andretich, fue advertida sobre "el peligroso señor Occhi". En una reunión que se habría desarrollado en el despacho del secretario de Gobierno, un ex subdirector de Registración e Inspección le habría dicho en presencia de Bonfatti: "No seas ingenua, cuidate de Occhi".
Con este consejo en la memoria, Antik comenzó a realizar operativos que rozaron las zonas liberadas de la noche que controlaba Julio Occhi, quien en represalia se vengó cargando contra los bolicheros legalmente habilitados. Occhi les buscaba cualquier excusa para clausurarlos. Y a partir de allí se empezó a quebrar en dos la Dirección de Registración: por una parte Antik, que semanalmente difundía en forma pública -por medio de fax que enviaba a la prensa- la lista de las disco habilitadas, y por otra parte Occhi, que en los operativos que realizaba a la noche tenía una lista paralela.



Julio Occhi, sospechado de exacciones ilegales.
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