Año CXXXIV
 Nº 49.048
Rosario,
martes  06 de
marzo de 2001
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La elogiada película británica se estrena pasado mañana en las salas de Rosario
"Billy Elliot": El deseo de bailar contra viento y marea
El filme cuenta cómo el hijo adolescente de un minero descubre en un club de box que quiere ser bailarín

Fernando Toloza

En la Argentina el fenómeno Oscar trastorna el mundo de los estrenos cinematográficos. Las distribuidoras esperan hasta saber qué película cuenta con nominaciones a la estatuilla y recién entonces ordenan la fecha de estreno. El resultado es fascinante y aterrador: se estrenan en pocas semanas un aluvión de películas y todas ellas cuentan con el beneficio de la nominación, ya que es lógico pensar que algo tendrán para haber sido distinguidas. En esa tanda llega pasado mañana a los cines de Rosario "Billy Elliot", una película inglesa que intentará lo imposible. Es decir, alzarse con algún premio compitiendo contra el tumulto de las grandes producciones estadounidenses.
"Billy Elliot", dirigida por Stephen Daldry, tiene tres nominaciones al Oscar: mejor director, mejor actriz de reparto (Julie Walters) y mejor guión. Sin embargo, el gran crédito del filme es el joven actor Jamie Bell, de 14 años. El muchachito se alzó con la distinción para mejor interpretación en la reciente entrega de los premios Bafta, considerados el Oscar británico. Sus competidores eran nada menos que algunos de los nominados al Oscar: Russell Crowe ("Gladiador") y Tom Hanks ("Náufrago").
Al igual que otras producciones británicas que conquistaron al público, como "Todo o nada" y "Tocando el viento", "Billy Elliot" no tiene una gran producción. Es una película pequeña con un gran guión y con una apuesta decisiva a lo actoral. Convertida ya en un éxito mundial, la película cuenta la historia de un joven fanático del ballet en un pueblo del norte de Gran Bretaña a principios de los años ochenta. Es Billy Elliot y es hijo de un minero que ve con malos ojos que su descendiente sea atraído por la danza y no por el boxeo, el fútbol o algún otro de los deportes considerados masculinos.

Retrato de una época
El secreto del éxito de la película "Billy Elliot" es saber combinar una situación familiar con un contexto social caliente, como lo fue en los años 80 el gobierno de Margaret Thatcher en Gran Bretaña. En ese sentido, las películas "Tocando el viento", de Mark Hermann, y "Todo o nada", de Peter Cattaneo, son los antecedentes directos del filme de Stephen Daldry. La primera contaba cómo las medidas de Thatcher propiciaban el cierre de una mina y ante la falta de trabajo los mineros que integran una orquesta de vientos se preguntan si la música tenía sentido cuando el estomago estaba vacío.
Por su parte, "Todo o nada" también abordaba el tema de la desocupación. Los operarios echados de una fábrica decidían convertirse en strippers para ganar algo de dinero. Como en el filme de Hermann, el retrato de la época del thatcherismo no hizo concesiones, aunque las películas fuesen optimistas, ya que los hombres recuperaban su dignidad a través de un acercamiento a algún tipo de arte (tocar la trompeta o desnudarse con coreografía).
"Billy Elliot" suscribe a la misma idea: en medio de un clima social hostil hay aún lugar para la expresión artística, para que la gente demuestre que es mucho más que su trabajo. Es decir, que un hombre puede valer más allá de que tenga ocupación.
La historia de "Billy Elliot" comienza en un club de boxeo, en los días en que Margaret Thatcher aplica sus medidas económicas contra la clase obrera de su país. El joven Billy está allí para aprender a boxear, pero se mueve como un bailarín. En el mismo gimnasio también hay clases de ballet y el muchacho se siente irremediablemente atraído por la danza, y decide probar.
El padre y el hermano de Billy están desocupados y encabezan todas las manifestaciones de protesta. Sacando dinero de donde no lo tienen, envían a Billy a que aprenda boxeo, pero el chico los engaña y comienza a tomar clases de ballet con la señora Wilkinson (interpretada por Julie Walters). Cuando los Elliot se enteran, retiran a Billy avergonzados de que tenga gustos que consideran femeninos. Le prohíben salir de la casa y, obviamente, también acercarse al ballet.
La pasión de Billy no se deja reprimir y se conecta otra vez con la profesora Wilkinson. La maestra pone todo su empeño en Billy porque cree que el chico realmente tiene talento y comienza a darle clases a escondidas. Para la mujer el futuro de Billy está en la Escuela Real de Ballet de Londres y lo prepara para rinda el examen de ingreso, convenciendo a sus padres de que quizá Billy sea un genio de la danza.
Del teatro al cine \El director Stephen Daldry, que realizó con "Billy Elliot" su primer trabajo cinematográfico, es conocido en Londres como "la cara del teatro contemporáneo". Fue productor y director de elogiadas producciones teatrales montadas en los escenarios del West End y Broadway. "Al recibir el guión del escritor Lee Hall -confesó Daldry-, me conmovió tanto que supe al instante que quería dirigirlo. Creo que la gente se identifica fácilmente con una historia de lucha, en este caso la de un niño de once años que busca una forma de expresión ante circunstancias muy difíciles".
La gente efectivamente se conmovió e hizo que la película ganase en la taquilla en el primer mes de exhibición en Estados Unidos e Inglaterra 600 veces su costo (el filme costó alrededor de 6 millones de dólares y recaudó en menos de un mes 36 millones en concepto de entradas). Comparado con las recaudaciones de los monstruos de Hollywood es poco, pero demuestra una vez más que lo que importa no es siempre el presupuesto, aunque nadie se niegue a recibir las ganancias. Y la crítica opinó lo mismo, lo que se advierte en los más de 30 premios que "Billy Elliot" recibió desde su estreno en Inglaterra en octubre del año pasado.
Daldry está nominado para un Oscar como mejor director. Compite con pesos pesados como Ridley Scott ("Gladiador") y Steven Soderbergh ("Erin Brockovich" y "Traffic"). Es improbable que lo gane, pero no hay desconocer el impulso que la nominación le dio a la película. Llega por la puerta grande y quizá en esta ocasión estén en equilibrio la gran atención que recibió y la calidad del filme. A su favor, Daldry tiene el antecedente de Sam Mendes, el británico que ganó el año pasado la estatuilla por la dirección de "Belleza americana". Además de ser inglés, Mendes también competía con una ópera prima. Por ahora, Daldry y los fans de la película pueden soñar felices con ganar el premio. Ya habrá tiempo para enojarse con la falta de justicia estética de que suele hacer gala la Academia de Hollywood al entregar sus galardones.



Jamie Bell fue elegido en un casting. Tenía 13 años.
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