Año CXXXIV
 Nº 49.047
Rosario,
lunes  05 de
marzo de 2001
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Otra crisis. El recambio de ministros no disimula los problemas del gobierno
Análisis: Pocas palabras y muchos interrogantes

Isidoro Gilbert

Con Ricardo López Murphy como nuevo ministro de Economía, Fernando de la Rúa envió varios mensajes. Primero, blanqueó sus reuniones con Carlos Chacho Alvarez y Raúl Alfonsín, para destacar que él es quien adopta las decisiones. Dos, desmintió con gestos claros que pretenda abandonar la Alianza por otra coalición. Precisamente este fue el asunto que más habló con el nuevo ministro junto al jefe de gabinete, Chrystian Colombo.
Todo lo escaso que dijo públicamente en Olivos trata de calmar a los mercados. Nada anunció para intentar disminuir la angustia de millones de argentinos por la falta de empleos y bajas remuneraciones. Lo demás fue un parto de los montes: se reclamó la dimisión a todo el gabinete y, como siempre, el presidente cree que sus tiempos son los del país y dejó por ahora todo como está.
López Murphy, de la Escuela de Chicago pero de prosapia radical, es respetado en los principales centros financieros y jugó un silencioso pero clave papel en las negociaciones por el blindaje, aunque jamás alardeó de ello.
Aunque los amigos de Domingo Cavallo dicen que su futuro en el Banco Central está en veremos, en la Jefatura de Gabinete se lo da como un hecho una vez que se resuelva la suerte de Pedro Pou. Más aún: se le ofreció que ponga hombres de su confianza en cargos gubernamentales. Cavallo tiene por López Murphy respeto profesional aunque lo considera un ortodoxo. Además el ex ministro tiene otras pretensiones para él y como modelo político apunta a otra coalición, con incorporaciones de peronistas al gabinete.

Lo que se evitó mencionar
Aunque la palabra "ajuste" no se escuchó en la quinta presidencial, la aseveración de que se cumplirá con los compromisos internacionales y las metas presupuestarias, hacen prever una restricción de los gastos, porque las metas están excedidas en no menos de 400 millones de dólares solamente en el actual trimestre.
López Murphy quiere mayor control de los gastos en las provincias. Para lograr el blindaje, el gobierno se comprometió a hacer aprobar una nueva legislación para las futuras jubilaciones. Es un punto de enfrentamiento con el Frepaso. Como está pedida por el FMI, esa ley no es aceptada por sus legisladores, pero Chacho se comprometió ante De la Rúa a ablandar el frente interno.
El presidente desmintió que el nuevo ministro haya puesto condiciones para aceptar el cargo (manejar todos los impuestos y la Aduana, ahora bajo la férula de la Jefatura de Gabinete). Gente de Federico Storani, supuestamente una víctima de exigencias de López Murphy, sintieron que hubo ayer operaciones contra su mentor, pero Chrystian Colombo le envió un mensaje para aclarar que las maniobras no las hicieron sus amigos. Storani y López Murphy militan en veredas opuestas dentro del radicalismo. ¿"Estuve bien?", lo sondeó cuando lo abrazó en Olivos, después de negar que haya puesto condiciones para aceptar el cargo.
Que Horacio Jaunarena haya recalado en Defensa no sorprendió, y es muy probable que mantenga a los actuales secretarios Angel Tello (Asuntos Militares) y José María Lladós (Planeamiento), quienes fueron sus asesores en el Parlamento. Llenar el vacío de la Secretaria General de la Presidencia no es fácil. Será para un frepasista, para que esa corriente tenga acceso fluido con De la Rúa, papel que no alcanzó a cumplir, desde que se fue de su cargo Chacho Alvarez, Graciela Fernández Meijide, cuya salida se sigue comentando. El más cantado es Darío Alessandro, mano derecha de Chacho. Pero analiza si no es mejor, al igual que Storani, que siga conduciendo a los diputados de la Alianza.
A ningún ministro le cupo el sayo que mencionó De la Rúa, quien aclaró que no quiere funcionarios con aspiraciones electorales. Este mensaje estuvo dirigido a varios secretarios de Estado, como Gerardo Morales (subsecretario de Acción Social), Walter Cevallos (director de Provincias) o Rubén Martí (también en Interior).
No son escasos los problemas económicos sociales que esperan al nuevo ministro. Pero además, esta el tema del Banco Central y del lavado de dinero. La diputada Elisa Carrió, cruzada en esta batalla que llevó al Senado norteamericano con apoyo muy fuerte, había acusado a Machinea (muchos dicen que injustamente) de desdeñar las denuncias y proteger a Pou.
Ahora, con documentos que prueban que la lavandería existió, López Murphy puede jugar un papel de activador o no de las investigaciones parlamentarias que se avecinan. De todos modos, el ministro no cree que el narcotráfico blanquee dinero en Argentina.


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