Año CXXXIV
 Nº 49.047
Rosario,
lunes  05 de
marzo de 2001
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F1: Muerte en el circuito de Melbourne
El deceso de un asistente reabrió el debate sobre la seguridad

La muerte de un asistente de pista durante la disputa del Gran Premio de Australia, la segunda en menos de seis meses, ha reabierto el debate sobre la seguridad en la Fórmula 1, en particular la de los auxiliares.
En los últimos años, especialmente tras el fallecimiento del ídolo brasileño Ayrton Senna en 1994, se impusieron importantes modificaciones para mejorar la seguridad de los conductores, pero no se realizaron cambios para proteger a los asistentes.
"No basta con mejorar la seguridad de los pilotos. Después de lo que ha pasado se ve que también tenemos que centrarnos en otros aspectos", comentó el tricampeón mundial y ganador en Australia, Michael Schumacher, después de la carrera.
"Si lo intentamos todo para proteger nuestras vidas, tenemos que darlo todo para hacer lo mismo con el resto de personas implicadas en esto"", agregó el alemán.
Los auxiliares de pista en la fatídica curva 3 del Albert Park de Melbourne estaban parapetados detrás de un muro de hormigón de un metro de alto, precedido por una barrera de neumáticos de unos dos metros.
Sin embargo, una rueda del BAR-Honda del canadiense Jacques Villeneuve, que acababa de chocar con el BMW- Williams del alemán Ralf Schumacher, "burló" las protecciones e impactó de lleno en el pecho y estómago del asistente. La barrera de neumáticos tenía un hueco por donde los comisarios enseñan las banderas a los pilotos, y por donde entró la rueda.
Además del desafortunado asistente, que resultó muerto como consecuencia de las heridas, otros siete espectadores resultaron heridos leves.
Las autoridades, que no comunicaron el fallecimiento hasta el final de la carrera, abrieron inmediatamente las investigaciones, junto a los comisarios de carrera de la Federación Internacional de Automovilismo. En principio, las conclusiones iniciales son que se trata de un "accidente en carrera" que no debería acarrear ninguna multa.
La muerte del asistente australiano recuerda a la acaecida el pasado mes de septiembre en Monza, cuando un miembro de la organización, Paolo Gishlimberti, murió durante un choque de coches generalizado en la largada del Gran Premio de Italia, también alcanzado por un neumático.
La muerte de Gishlimberti fue la primera tragedia en un circuito de F-1 desde la muerte de Senna y el austríaco Ratzenberger en un fin de semana trágico en Imola.
Pese a varios movimientos en este sentido de la FIA en los últimos tiempos, no se tomó finalmente ninguna medida para proteger a las personas que se encuentran en los bordes de la pista. Desde 2000 es obligatorio que las ruedas lleven un sello de kevlar para evitar que salgan despedidas. Tras el accidente de Monza, se incrementó esa obligatoriedad a dos sellos por rueda.
"La FIA se ocupa de este asunto, y desde Monza lo está haciendo de forma más intensiva", reconoció Schumacher.
Sin embargo, los expertos no se ponen de acuerdo al evaluar las medidas tomadas por la FIA. "Si la fuerza es muy fuerte, las ruedas vuelan pese a los sellos", explicó Peter Sauber, jefe del equipo que lleva su nombre. De hecho, en el propio circuito de Melbourne ya se vio: el sábado en entrenamientos el Jaguar del brasileño Luciano Burti perdió tres neumáticos tras un violento choque.
"En cualquier caso hay que continuar trabajando en ello. Yo mismo pensaba que los dos sellos bastaban", admitió el piloto alemán Nick Heidfeld.
En contraste con la escasa seguridad de los asistentes, la seguridad de los pilotos se acerca cada vez más a la perfección. El propio Schumacher sufrió el viernes un espectacular accidente a 270 kilómetros por hora, con varias vueltas incluidas, del que salió ileso. Y Villeneuve no sufrió ni un rasguño pese a que su auto quedó ayer hecho pedazos.
Ante este panorama, muchos se preguntan por qué en el circo de la alta tecnología en que se ha convertido la Fórmula 1 sigue siendo necesaria la presencia de personas tan cerca de la pista para, por ejemplo, ondear banderas.
Durante años se llevan probando sistemas para cambiar esto, como el de poner luces de colores en el cockpit que hagan la función de las banderas. Sin embargo, nunca se impusieron en la realidad.



Un neumático del coche de Villeneuve mató al asistente.
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