Año CXXXIV
 Nº 49.047
Rosario,
lunes  05 de
marzo de 2001
Min 28º
Máx 33º
 
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Fuera de foco
Esteban Rodrigo: "A más ruido menos arte"
El compositor difunde con poesía y canto la vida del hombre de las islas

-¿Cuáles son tus proyectos en materia de música?
-Los proyectos siempre están. Sigo componiendo, tratando de hacer que mi trabajo trascienda un poco más. He grabado cosas por mi cuenta, porque no tengo contacto con las discográficas, pero lo hago por si algún día salta alguna posibilidad de editar en grande.
-¿Qué cosas grabaste?
-Tengo obras mías y otras que hicimos con Elda Caprini. Ultimamente, trabajé en el rescate de las leyendas sobre las aves litoraleñas; cada una tiene su canción y su leyenda. Además hago un programa radial, "Abriendo tranqueras", los domingos de 13 a 15 por FM Platino.
-¿Cuál es a tu entender el componente más importante del folclore?
-Si no hay tradición no hay folclore. La sabiduría del pueblo es quien genera la cultura. El artista sólo la interpreta.
-¿Hoy se produce ese folclore que defendés?
-Sí, pero predomina la canción de amor pasatista que no queda en la memoria del pueblo. Nuestra música no debe escapar a una renovación natural generacional, pero la renovación que corta con la tradición no aporta nada.
-¿Tenés posibilidades de mostrar lo tuyo?
-Mis posibilidades son pocas porque hay una crisis general y la única forma de hacer las cosas es con identidad. Hay demasiada práctica del facilismo y yo elegí el camino de lo difícil pero auténtico. Por eso estoy un poco solo.
-¿Cuántos temas llevás compuestos?
-Muchísimas, más de 400, además de los poemas y cuentos. La mayoría cuentan la vida de los isleros frente a Rosario. Viví mis primeros 20 años allí y soy hijo y nieto de isleros.
-¿Quién te las grabó?
-Tengo cantidades de cosas hechas y bolsas de promesas. Me prometieron grabar temas míos Gregorio de la Vega, Enrique Espinosa... pero la música argentina está manejada por las grabadoras y los empresarios, y entonces no graba nadie que no sea de ellos.
-Vale decir que ser folclorista todavía es bastante duro...
-Ser folclorista lleva una vida de aprendizaje. Atahualpa Yupanqui decía que éramos todos aprendices. En cambio, ser cantor no cuesta nada, cuando los escenarios deberían ser cátedras en la que se necesita saber bien quién sos, de dónde venís y qué es tu tierra.
-¿Qué te gusta del folclore de estos últimos tiempos?
-Que haya entusiasmo por empezar a escucharlo; que los jóvenes se acerquen a Soledad o a Luciano Pereyra sirve para empezar a introducirse en un ámbito donde es importante escuchar a los Cafrune, a los Yupanqui. A los jóvenes hay que darles cosas auténticas, si no, les cambiamos el mensaje y le hacemos creer que cualquier cosa es folclore.
-¿A quiénes admirás?
-Soy admirador pero sin idolatría de Yupanqui, Zitarrosa y Larralde porque creo que tengo suficiente conocimiento de lo mío como para defenderme bien.
-Como tradicionalista que sos ¿hasta donde cederías si te piden que le pongas más color a un recital tuyo?
-A un cantor folclórico le alcanza con una guitarra; a más ruido, menos arte.



El folclorista es el autor de más de 400 canciones.
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