Año CXXXIV
 Nº 49.042
Rosario,
miércoles  28 de
febrero de 2001
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Nutrición
Campeones por naturaleza
Los deportistas que siguen una dieta vegetariana pueden alcanzar una performance similar a los que se alimentan de modo convencional. La posición naturista

El rendimiento físico de personas que siguen dietas vegetarianas ha sido objeto de numerosas investigaciones desde el comienzo siglo. Los resultados de tales experiencias han sido variables, y según un trabajo publicado en una revista científica se concluyó que aun cuando deportistas sigan una dieta de este tipo durante varios años no se observan beneficios ni perjuicios sobre el desempeño cardiorrespiratorio. Sin embargo, desde el naturismo se fundamenta el porqué de una alimentación más restringida y cuidada.
Un artículo publicado en el American Journal of Clinical Nutrition afirma, en tal sentido, que en el caso de los atletas que siguen una dieta vegetariana se comprobó que pueden alcanzar un rendimiento físico similar a los que se alimentan de un modo tradicional.
Ambas dietas cubren el consumo de hierro e hidratos de carbonos necesarios en el organismo de un deportista, ya que en la dieta naturista los hidratos de carbono se ingieren directamente en las frutas y los cereales, y por otra parte, el mayor ingreso de vitamina C y ácido cítrico sustituye la falta de hierro.
En el trabajo editado se recomienda a los atletas que sigan una dieta vegetariana que consuman alimentos que contengan hierro y zinc como legumbres, frutas secas y semillas. De todas maneras, no hay ninguna diferencia en la capacidad de competición de un atleta vegetariano o uno no vegetariano.
En las dietas vegetarianas el consumo de antioxidantes resulta muy útil en los deportistas, debido al aumento de radicales libres originados a partir de la actividad física. En tanto, por el aporte proteico la dieta vegetariana logra cubrir los requerimiento generados por la actividad física.
El doctor David Nieman destaca en tal sentido que una dieta vegetariana bien equilibrada no es perjudicial, como tampoco aporta mayores ventajas, salvo la posibilidad de un ingreso mayor de hidratos de carbono y antioxidantes.

  
 
  

Más vitalidad y energía
Por su parte, el instructor naturista Víctor A. Bianco autor del libro "Alimentación, deporte y salud", asegura que la alimentación naturista es la fórmula más eficaz para aumentar la vitalidad y la energía, especialmente en los deportistas ya que los ayuda a mejorar su rendimiento físico.
Por eso, sostiene, una dieta inadecuada conspira contra el buen rendimiento del deportista y se convierte en un importante oponente para lograr los objetivos deseados.
En esta idea, Bianco apunta que alimentarse de un modo natural permite lograr una purificación de la sangre, mejorar la salud y el rendimiento deportivo.
Con una dieta vegetariana la vida del deportista experimenta un cambio favorable, pues su organismo, al estar liberado de sustancias tóxicas, dispone de más energía, así como su mente está más lúcida.
Con una alimentación correcta y un adecuado entrenamiento, agrega, se puede practicar cualquier tipo de deporte. Bianco cita el bioquímico alemán Ragnar-Ber, quien asegura que una buena alimentación debe ser alcalina en un 85% para poder disfrutar y conservar la salud.
Los alimentos que se consumen se dividen en ácidos o alcalinos (también llamados básicos). El grado de reacción ácida o alcalina, aclara el naturista, no se mide en el momento de la ingestión, sino en las cenizas que de ellos quedan después de su completa utilización o combustión en el organismo.
Por eso el consumo de alimentos ácidos produce la disminución de la reserva alcalina de la sangre, provocando acidosis. La misma es la desmineralización del organismo, que procura, mediante la movilización de sus reservas alcalinas, principalmente de calcio, neutralizar el exceso de ácidos.
Como consecuencia de la acidosis aparecen las caries con posterior pérdida de los dientes y, principalmente, disminución del peso específico de los huesos, que con el paso del tiempo se vuelven porosos y frágiles.
Asimismo, prosigue la fundamentación de Bianco, la acidosis es un problema para los atletas pues influye sobre la respiración y el sistema nervioso, entorpece la actividad muscular y la recuperación. Por ello la dieta vegetariana alcalinizante es la ideal para el deportista, concluye.
En general el organismo produce muchos ácidos y pocos álcalis. La mayor parte de estos álcalis se ingieren con los alimentos que integran el régimen vegetariano, por eso, las frutas, las ensaladas, las hortalizas y verduras en general proporcionan cenizas en las cuales predominan los elementos alcalinos sobre los ácidos. También la leche figura en las tablas como alcalina.
  Las sales minerales de sodio, potasio, calcio y magnesio contenidas en los alimentos de origen vegetal son las más importantes alcalinas.
  Cada deportista conoce su cuerpo, sus limitaciones y su capacidad de rendimiento, de allí que la dieta elegida debe adecuarse a sus necesidades. Es evidente que la fórmula ganadora no está sólo en la alimentación vegetariana o tradicional, sino que otros factores influyen como el esfuerzo y la perseverancia indispensables para una buena performance.

¿Qué consumir?
Bianco asegura que la dieta naturista permite a cada deportista estar lo mejor que puede, de acuerdo a su constitución física heredada y a sus dotes naturales. Al advertir que algunos deportistas que han llegado a ser campeones atribuyen su éxito a las dietas con muchas calorías, proteínas y grasa, señala que cuando su carrera termina, su salud se resiente, pues no pueden eliminar como antes los residuos tóxicos de su alimentación.
"Si la dieta con muchas proteínas y grasas fuera lo mejor para el género humano, los esquimales serían el pueblo más sano y fuerte del mundo, y no es así", indica.
Las experiencias realizadas en grupos humanos por Hindhede y Chittenden con dietas alcalinizantes con suficiente cantidad de proteínas, pobres en grasas y con abundantes hidratos de carbono complejos, han permitido comprobar una mayor disposición para el trabajo, mayor optimismo y confianza, aumento de la fuerza muscular y una sensación de rejuvenecimiento y bienestar.
Para aquellos que deciden abandonar la carne Bianco propone incorporar a su alimentación leche, queso, yogur y huevos en forma moderada. De esta manera la adaptación se realiza sin inconvenientes, ya que el organismo no extraña las proteínas animales.
Además hortalizas, verduras, frutas y los cereales integrales aportan vitaminas, minerales, fibras vegetales, agua fisiológica y otras sustancias vitales. Por otra parte, la papa, batata y la mandioca son alimentos ricos en hidratos de carbono.
Mientras las leguminosas aportan proteínas, las frutas secas oleaginosas suministran proteínas y grasas no saturadas. Las algas marinas, el germen de trigo, la levadura de cerveza, la harina de soja y el polen en gránulos son agregados nutritivos importantes en la dieta.
Un último consejo que da Bianco: es conveniente conocer la procedencia de la leche, ya que el agregado a la misma de cualquier químico la convierte en un alimento tóxico. Puede consumirse leche en polvo descremada o leche de soja, también tres huevos enteros por semana. Si la cifra de colesterol está aumentada, puede utilizarse en la preparación de tortillas, milanesas, etcétera, solamente la clara, rica en proteínas y sin grasas ni colesterol.

Equilibrada
La dieta equilibrada puede definirse como aquella que contiene todos los alimentos necesarios para obtener un estado nutricional óptimo, aportando al organismo una cantidad de calorías suficientes que permitan los procesos metabólicos con normalidad.
  Además, debe aportar proteínas, minerales y vitaminas para que se produzca la síntesis de las estructuras orgánicas y se lleve a cabo una actividad enzimática normal.
  Con respecto a las proporciones de los nutrientes se recomienda que las proteínas no superen el 15%, los hidratos de carbono deben ser del 55% al 60% y las grasas inferiores al 30% de las calorías totales.
  Una dieta equilibrada se considera, por tanto, una alimentación omnívora, principalmente eliminando los productos ricos en grasas y sustituyéndolos por hidratos de carbono complejos.


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