Año CXXXIV
 Nº 49.042
Rosario,
miércoles  28 de
febrero de 2001
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¿Hombre o mujer?
La práctica clínica depende del sexo del paciente y varía entre médicos y médicas

Por qué con los mismos síntomas sugestivos de infarto es más probable que una persona reciba una adecuada atención médica si es hombre que si es mujer? ¿Por qué los pacientes quedan más satisfechos si les atiende una médica en el centro de salud? Diversos estudios han mostrado en los últimos años que la salud tiene género, pues tanto en la profesión médica como en la atención a los pacientes hay diferencias por sexos.
Hay especialidades típicamente masculinas y típicamente femeninas. También hay diferencias en la atención médica si el paciente es hombre o mujer e incluso en la disposición del paciente si es atendido por un médico o una médica. Y la investigación clínica ha tenido como objeto de estudio preferente a los varones.
En la segunda mitad del siglo XX se constató que la mayoría de los procesos, excepto los ginecológicos y obstétricos, se investigaba en los hombres y luego se trasladaban en la práctica clínica a las mujeres. También se observó que algunos de ellos acaparaban mayor esfuerzo diagnóstico y terapéutico cuando el paciente era varón. Igualmente, se consolidaron especialidades masculinas, como traumatología, urología y, en general, todas las quirúrgicas, y especialidades femeninas, como pediatría, medicina de familia y psiquiatría.
Los estudios de género, que han adquirido gran tradición en los países anglosajones, equiparan este concepto a la categoría de clase social, situación cultural o etnia.

Histórica polémica
Todo empezó en 1991, cuando un artículo aparecido en la revista médica The New England Journal of Medicine evidenció que a igualdad de problemas de salud, se lleva a cabo un mayor esfuerzo diagnóstico y terapéutico en los varones. El estudio, desarrollado por un equipo de la Universidad de Harvard y otro de la Universidad de Maryland (EEUU) sobre una población de más de 80.000 pacientes de ambos sexos, reveló que ante un episodio de infarto de miocardio, por ejemplo, se practicaban muchas más coronariografías (procedimiento diagnóstico y terapéutico) a los hombres que a las mujeres. \Los resultados de este trabajo, considerados políticamente incorrectos y corroborados después en otras investigaciones aparecidas en el Journal American Medical Association (Jama), el Journal American Medical Women Association (Jamwa) y Circulation, levantaron una gran polémica en EEUU, y desde 1993 la Food Drug and Administration (FDA) presiona para que en todos los ensayos clínicos (salvo en los de patología exclusivamente masculina) exista una muestra de mujeres. \Es importante, según advierte Ana Delgado Sánchez, especialista de medicina preventiva y salud pública, que lleva varios años estudiando el campo de salud y género, no interpretar como sinónimos los términos sexo y género. Mientras que el sexo se refiere a las características biológicas que identifican a las personas como varones o hembras, el género es una construcción social del sexo biológico por la que se prescriben los diferentes papeles y responsabilidades de cada uno de los sexos. \
Estereotipos diferenciados
En palabras de Delgado, que ha dirigido un debate sobre el tema en el último congreso de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, se ha creado históricamente una dicotomía que marca unas funciones sociales y unas características bien definidas, de tal modo que "lo masculino y lo femenino están representados por un conjunto de estereotipos bien diferenciados" que abarcan desde las ciencias básicas hasta el medio social. \"A la mujer se le han atribuido tradicionalmente características de pasividad, sumisión y dulzura, mientras que el hombre ha tenido que regirse por modelos de dominio, fuerza y valentía. Y esto, secular y universalmente, ha tenido implicaciones en la salud desde dos puntos de vista: diferencias por género en la profesión médica y diferencias de género en el trato que el sistema sanitario da a hombres y mujeres", dice la experta. \Las diferencias por género, según Delgado, se van configurando con la socialización desde el nacimiento y se van reflejando en todas las conductas, personales, familiares, sociales o laborales, del ser humano. \La tesis doctoral realizada por esta especialista en 1988 sobre la práctica profesional de médicos y médicas en atención primaria en Andalucía mostró que los pacientes se encontraban más satisfechos cuando habían sido atendidos en el centro de salud por una médica. "¿Por qué?", se pregunta. "Pues porque se ha observado que las mujeres se implican más en el problema del paciente y dialogan más con él, y los aspectos de comunicación siempre son muy bien valorados por los pacientes". \A juicio de María Teresa Ruiz Cantero, profesora de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Alicante, los estudios de género en el terreno de la salud generan una gran polémica porque "parece que critican la praxis médica". Según esta especialista, no se trata de culpar a nadie, sino de "hacer ver y tratar de cambiar situaciones injustas que se producen sólo por diferencia de género, que no de sexo". \Un estudio de género dirigido por Ruiz Cantero sobre una población de 512 mujeres y 318 hombres puso de manifiesto que cuando ambos consultan por la misma queja debida a un problema respiratorio, ellas acaban en un número considerablemente mayor que ellos en el apartado de no se sabe qué tiene. Es decir, mayor número de mujeres queda sin diagnosticar, aun consultando por los mismos síntomas: tos, disnea, dolor de garganta, expectoración. Y también se observaba que a ellas no se les preguntaba si fumaban. \"Es algo así -añade con humor esta médica- como si las mujeres fuésemos más inespecíficas que los hombres en nuestra sintomatología. Y de hecho, enfermedades tan comunes en uno y otro sexo como las cardiovasculares y el cáncer siguen siendo mucho más estudiadas en el sexo masculino que en el femenino". \Publicaciones recientes sugieren que el 80% de las histerectomías (extirpación del útero) que se practican es por problemas benignos, es decir que serían evitables. Los estudiosos del tema de salud y género afirman que esta práctica, llevada a cabo por ginecólogos hombres y mujeres, tiene un sesgo de género. \Consuelo Catalá, enfermera y diputada socialista en las Cortes Valencianas, considera que la planificación familiar es uno de los aspectos en donde se han evidenciado claramente los sesgos de género. "Por fortuna -apunta- el talante de los ginecólogos ha cambiado mucho desde la década de 1970 hasta ahora. Antes se regían ante todo por el principio de autoridad, no negociaban con la paciente y ésta no participaba en las decisiones que afectaban a su salud o enfermedad. La mujer ginecóloga también ha seguido durante un tiempo ese modelo". \Mayka Sánchez



Las consultas difieren si el paciente es hombre o mujer.
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