Año CXXXIV
 Nº 49.032
Rosario,
domingo  18 de
febrero de 2001
Min 18º
Máx 32º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com





A dos años de una muerte de la cual aún se desconoce el autor
Un amigo de Mariano Díaz podría ayudar a resolver el crimen del chico
Es Rodolfo Movio. El juez sospecha que vio a quienes lo llevaron antes de asesinarlo. Podría estar en San Nicolás

Jorge Salum

Un chico de 15 años podría ser la llave para resolver el crimen de Mariano Díaz, el nene de 13 años asesinado hace dos años porque supuestamente vio otro homicidio relacionado con la venta de drogas en el barrio 7 de Septiembre. Sin embargo, el testigo no aparece y mientras tanto la investigación del caso permanece prácticamente estancada. Además del testigo, la policía y el juez de la causa buscan a un ciudadano boliviano que estaría involucrado en el asesinato de Mariano y cuyo rastro se perdió a principios del año pasado.
El testigo que el juez Jorge Eldo Juárez ansía interrogar es Rodolfo Movio, un amigo de Mariano. El chico desapareció después crimen. Según varios testimonios, Movio estaba con la víctima cuando alguien lo levantó en la calle, horas antes de aparecer muerto. Por esa razón, el juez cree que su declaración puede ser "clave" para identificar a los asesinos.
"El chico sabe algo y nos gustaría que nos lo cuente", dijo Juárez a La Capital justo cuando se cumplen dos años del asesinato. El juez también expresó su esperanza de que esta nota sirva para encontrarlo. "Quizás ni siquiera sabe que lo estamos buscando", especuló el magistrado.
Mariano Díaz murió el 19 de febrero de 1999. El o los homicidas lo ahogaron, presumiblemente en una pileta, y luego le dispararon un tiro en la frente. El juez sospecha que lo mataron cerca de su casa, y que luego arrojaron su cadáver en el lugar donde finalmente fue hallado, al lado del cementerio de Funes.
Hasta el momento hay dos personas detenidas y procesadas como presuntos partícipes del crimen: Isabel del Valle Moyano, de 35 años, y Claudio Adrián Ibáñez, de 37. Otros cuatro hombres, que al principio fueron acusados por el homicidio, permanecen bajo sospecha aunque están en libertad por falta de pruebas.
También hay un prófugo. Se trata de Marcelo Rivera Viera, un boliviano que residía en el barrio donde ocurrió el crimen. Este último es buscado desde hace meses por las Tropas de Operaciones Especiales (TOE) de la policía. De él se sospecha que colaboró con los homicidas para borrar pruebas, entre ellas el arma homicida, y también para trasladar el cadáver de Mariano hasta la calle Pedro Ríos de Funes.

El chico que vio algo
Movio vivía con su madre en el mismo barrio donde reside la familia Díaz, y asistía a una escuela pública de la zona. Sin embargo, después del crimen la madre se presentó en el establecimiento, habló con la directora y dijo que cambiaría a su hijo de escuela. Cuando le preguntaron el motivo, la mujer se limitó a decir que era por "seguridad". Para los detectives, esto prueba que la mujer temía que al chico le pasara algo.
Después, ella y su hijo desaparecieron del barrio. Nadie sabe a dónde fueron. Lo más llamativo es que dejaron la casa virtualmente abandonada, a tal punto que en diciembre fue usurpada y ocupada por otras personas. Para los investigadores, se trata de otro indicio sobre el temor de la mujer por la vida del hijo. Según ellos, esto sólo se explica de una manera: el chico sabe quiénes son los que levantaron a Mariano para matarlo.
Una vez que Movio se fue del barrio, nunca más pudieron localizarlo. Los detectives de las TOE sospechan que podría estar en la ciudad bonaerense de San Nicolás, donde reside su padre, pero hasta ahora todos los intentos por ubicarlo -allí o en cualquier otro sitio- fracasaron.
"Es evidente que el chico sabe algo. De otro modo, no se entiende por qué la madre se lo llevó sin dejar rastros", afirman los investigadores. El viernes, el juez preparaba un oficio dirigido al Ministerio de Educación de Buenos Aires para tratar de averiguar si Movio asiste a alguna escuela, en San Nicolás o en cualquier otro lugar de la provincia. "Quizás así podamos encontrarlo", dijo.

Un presunto cómplice
Juárez también espera ansiosamente la captura de Rivera Viera, un conocido de Ibáñez y Moyano. Basándose en indicios reunidos durante las pesquisas, el juez sospecha que este hombre tal vez ayudó a llevar el cadáver de Mariano hasta el sitio donde lo encontraron. Los detectives tendrían una hipótesis acerca del sitio donde se esconde, pero prefieren mantenerlo en reserva para evitar que cambie de escondite.
Rivera Viera y Movio no fueron los únicos que desaparecieron de Rosario después del crimen de Mariano. También Ibáñez y Moyano se borraron. La pareja se mudó a Río Gallegos, en Santa Cruz, junto a un hijo de Moyano apodado Caíto . Allí los encontraron las TOE un año después del asesinato. El 1º de marzo del año pasado los detuvieron, y Juárez los procesó los últimos días de noviembre. Para el juez, ambos son partícipes del homicidio.
Los dos apelaron la medida del juez, pero la Cámara todavía no se expidió. Fuentes cercanas a los camaristas que deben decidir si confirman o modifican la resolución de Juárez justifican la demora en el temor a repetir un supuesto error del juez, que en julio de 1999 procesó a cuatro hombres como autores del crimen. Sin embargo, su participación no fue probada y ahora está obligado a desincriminarlos definitivamente.



Una de las tantas marchas para reclamar por el crimen.
Ampliar Foto
Diario La Capital todos los derechos reservados