Año CXXXIV
 Nº 49.029
Rosario,
jueves  15 de
febrero de 2001
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El Salvador intenta levantarse luego de una nueva catástrofe
Según cifras oficiales los muertos superan los 270 y más de doce mil viviendas resultaron destruidas

San Salvador. - Pese a las limitaciones, el gobierno salvadoreño y grupos humanitarios intentaban llegar ayer a decenas de comunidades que quedaron aisladas por los derrumbes y claman por ayuda. El terremoto de 6,6 grados de magnitud que sacudió el martes a El Salvador provocó gran destrucción en tres departamentos ubicados en la zona central, con un saldo preliminar de 274 muertos, 2.432 heridos o lesionados, 12.303 viviendas destruidas y 83.435 damnificados. Las pérdidas económicas no han sido calculadas.
El nuevo terremoto llegó cuando los salvadoreños estaban recordando que un mes atrás el país había sido devastado por un sismo de 7,6 grados de magnitud y que dejó profundas huellas entre los más pobres. Las cifras oficiales del terremoto del 13 de enero, confirman 844 muertos, 4.723 lesionados, 278.546 casas destruidas o dañadas y 1.329.806 damnificados.
"Este terremoto nos ha complicado todo, estábamos dedicando todos nuestros esfuerzos en ayudar a que se levantaran los afectados, pero hoy se nos complica todo", expresó el vocero de la Cruz Roja Salvadoreña, Carlos López Mendoza. El otro terremoto que no oculta El Salvador es el de la pobreza. En ambos sismos los sectores más pobres de la población han sido los más afectados, y de éstos, los niños y los ancianos.
También salta a la luz el terremoto político protagonizado entre el gobierno central y la oposición, cuyos representantes -después de los desastres- tratan de sacar provecho de la tragedia y el dolor humano al intentar imponer sus criterios sin lograr consensos sociales sobre cómo atender más eficientemente a las víctimas. La perspectiva es desoladora: El Salvador ha vivido, en apenas un mes, de sismo en sismo y de derrumbe en derrumbe.
El sismo del martes se sintió en todo el territorio y los salvadoreños pusieron sus ojos en Santa Tecla, al oeste de la capital y donde se registró el mayor desastre en enero, pero pronto se confirmó que la desgracia había llegado a los departamentos de Cuscatlán, San Vicente y La Paz, en el centro del país.
"La destrucción es considerable, muchas de estas personas han perdido todo, perdieron hasta lo que no tenían, es una desgracia", expresó el representante de la Cruz Roja Carlos López Mendoza.



Millares de casas destruidas en la zona central del país.
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