En un día de alto voltaje político por los trascendidos de disconformidad en el Poder Ejecutivo ante las declaraciones sobre el titular del Banco Central, Pedro Pou -cuya remoción piden radicales y frepasistas-, y frente al documento que el martes firmaron Raúl Alfonsín y Carlos Alvarez por el eventual voto argentino sobre Cuba en la comisión de Derechos Humanos de la ONU, el Grupo de Trabajo de la Alianza se reunió para emitir señales de distensión sobre los temas más controvertidos dentro de la coalición.
El prolongado encuentro se realizó en las oficinas del jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, y contó con la presencia de Alfonsín, Alvarez, los ministros de Economía, José Luis Machinea; de Interior, Federico Storani; el intendente de Rosario, Hermes Binner, y el titular de la bancada de la diputados de la Alianza, Darío Alessandro.
Antes de concurrir al encuentro, Binner estuvo en la Casa del Frente, donde habló con Alvarez y Alessandro.
Los siete grandes analizaron "en un clima cordial", según la impresión de los participantes, un vasto temario, luego plasmado en un comunicado sobre los asuntos abordados, que midió las palabras para no provocar recelos en la Presidencia.
Informe de situación
En síntesis, esa comunicación señaló que por boca de Colombo se escuchó un análisis de la situación política, pero no se dieron más detalles. También se indicó que la economía exhibe "signos alentadores" en lo financiero y en lo productivo.
Respecto a la investigación sobre lavado de dinero, que tiene expresiones fuertes, incluso con un informe en el Senado norteamericano y cuyas minucias se conocerán los primeros días de marzo, se enfatizó que será encausada por el irrestricto respecto a las instituciones judiciales. También se dijo respecto de la comisión investigadora de la Cámara baja, que reclama ser el motor de esta cruzada, que la diputada aliancista Elisa Carrió tiene el respaldo de la Alianza y del gobierno.
Además, se recalcó la importancia del nacimiento de Unidad Informativa Financiera (UIF), núcleo central de la ley sobre lavado de dinero que duró tanto en ser aprobada con un trámite arduo en su reglamentación y que puso en primer plano el cuestionamiento al titular del Banco Central, Pedro Pou, quien no fue convocado a integrar ese cuerpo indagador del lavado de la plata sucia.
Lo del Banco Central, para afuera, fue comentado entre algodones en el comunicado de prensa, ya que, adrede, los políticos no quisieron un contacto directo.
Se dice que la independencia del Banco Central no esta en discusión, y que no hay allí atisbos sobre el relevo de Pou, del que se habló con fuerza tanto en el encuentro del martes entre Alfonsín con Alvarez, como en el cónclave de los diputados nacionales de la UCR en la sede del comité nacional ayer a la mañana, bajo la conducción del jefe partidario.
Y se menciona Cuba, señalando que se recabará al canciller Adalberto Rodríguez Giavarini información que permita disponer de todos los elementos de juicio, una obra maestra de ambigüedad, sobre todo después del documento de Alvarez-Alfonsín. Pero en la ex Somisa, de la isla se habló poco. El más interesado en el tema, Alfonsín, se retiró antes por un compromiso con la TV.
Lo fuerte del encuentro -que fuentes de los tres partidos participantes, insistieron en que fue cordial- giró en tono al lavado y el rol del Banco Central.
De entrada, tanto Colombo como Machinea buscaron restarle identidad a las denuncias de Carrió, o, al menos, destacar la ausencia de precisiones sobre culpables, un secreto que la diputada cuida como a la niña de sus ojos. Ella dice: tiempo al tiempo.
El temor por los mercados
Pero todo entró rápido en armonía y no quedó duda de que Pou se irá, aunque nada diga el papel oficial. ¿Por qué tanto cuidado? "Los mercados, donde el hombre tiene amigos aquí y afuera y las formas de cómo se producirá el relevo y la designación del reemplazante forman parte de una estrategia cuidadosa, prudente, casi de orfebrería", comentó un participante.
Horas antes, en un tono mucho más fuerte, cerca de 20 diputados radicales hablaron en el comité nacional por más de tres horas. Cuba estuvo en un primer plano, con total respaldo al jefe partidario y el diputado Ricardo Vázquez fue encomendado para redactar una carta dirigida al canciller requiriéndole un debate antes de votar en abril, una fecha aún lejana para los que se encontraron en las oficinas de Colombo.
Con todo, en el encuentro entre los radicales se comentó que el documento que Alfonsín y Alvarez dieron a conocer sobre un borrador de un colaborador en la materia del ex presidente, no debe dar ni la impresión que "le queremos marcar la cancha al presidente", ni tampoco "que por que a algunos no les ha gustado, se cierre un debate que Fernando (de la Rúa) prometió a Alfonsín".
Ese documento irritó a los principales colaboradores del canciller, pero La Capital pudo establecer que Rodríguez Giavarini expresó que escuchará razones, y si son valederas, serán aceptadas, aunque "la palabra final es la del presidente".
El ministro debe aguardar muchos pronunciamientos más. Una escalada que, dicen en la UCR, no cesará.
El encuentro radical fue más terminante en cuanto a respaldar a Carrió y en demandar el alejamiento de Pou. Hubo una critica a Machinea por parte de los diputados de la provincia de Santa Fe: "Vino, y no nos avisó", comentaron sobre el fugaz viaje que hizo el ministro de Economía a la capital santafesina el sábado.
Un participante del encuentro salió al cruce de las versiones sobre falta de consistencia en las denuncias de Carrió. "La Argentina no iba a ser mencionada en el primer informe del subcomité del Senado norteamericano, pero para resguardarla se dispuso una rápida mención. Lo fuerte vendrá en las sesiones de marzo".
La Ciudad
