Año CXXXIV
 Nº 49.018
Rosario,
domingo  04 de
febrero de 2001
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Los ejecutivos se aferran al sillón
Según un estudio del Iaef, los altos mandos están más preocupados por perder su empleo que por la empresa

La mayor preocupación que enfrentan los ejecutivos de algunas de las corporaciones industriales o financieras instaladas en el mercado argentino, no es otra que la posibilidad de pasar a engrosar las filas de los desempleados como consecuencia de una mala performance de la empresa o la necesidad de hacer recortes en costos.
El despido, y por ende la interrupción de la vida laboral en relación de dependencia, dejó de ser en los últimos meses, producto de la recesión, una amenaza para trasformarse en un hecho cotidiano para un significativo número de ejecutivos en el mercado local.
Así lo reconoce un extenso estudio que fue realizada por técnicos y especialistas del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (Iaef), donde también se pone de manifiesto la incidencia de las fusiones y adquisiciones, y procesos de reestructuración que se fueron contabilizando en el ambiente tanto financiero como empresario.
Lo cierto es que la crisis, con sus más de 30 meses de recesión, hizo que muchos holding debieran justificar sus quebrantos durante el 2000 y optaran por renovar sus cuadros dirigenciales.
Mario Cafferana, especialista en estas cuestiones, reconoce que tras concretarse un despido, los ejecutivos pierden, más allá de su rutina, la identidad que le daba un cargo dentro de una corporación, hecho que puede llevar a buscar ayuda profesional en el caso de que la readaptación no se alcance en el mediano plazo.
Cafferana sostuvo que "quedarse sin trabajo no es una vergüenza sino una situación absolutamente probable en la sociedad actual y que, llegado el caso, hay que enfrentar".
Un concepto similar expresó Victoria Pik, quien reconoció que una vez que se acaba con la relación laboral, lo más importante es la pérdida de la identidad que este cese conlleva para una persona hiperactiva.
Al respecto, la experta en relaciones humanas consideró que con la falta de actividad y la carencia de una situación de poder, el otrora ejecutivo, puede comenzar a afrontar "roces" en su relación familiar.
Y de lo que se trata entonces es, según la visión de Pik, "de salir a buscar trabajo en un mundo de descartables" en un mercado muy competitivo y con una gran oferta laboral.
Por ende, la especialista advierte que la alternativa para evitar el deterioro familiar y personal, ante lo que puede ser un cese laboral, se debe "realizar una valorización como seres humanos antes de perder el trabajo".
También se pronunció en favor de esto, el especialista Carlos Aldao Zapiola, quien manifestó que resulta siempre necesario que "nos preparemos antes de que el cese de la relación laboral se produzca, vacunémonos antes".
"En la actualidad -señaló- es muy probable que una persona deba desempeñar por lo menos tres carreras distintas a lo largo de su vida activa: hay que estar preparados para esos cambios".
Por esto, Aldao Zapiola estimo que se debe ser dúctil y generar proyectos alternativos. De hecho, mientras trabajamos "somos un producto que está en el mercado: si lo mejoramos, más en la actitud que en las aptitudes, tendremos mejores posibilidades de adaptarnos".
Al mismo tiempo, Aldao Zapiola consideró necesario que las empresas presten su colaboración activa para posibilitar la reinserción del personal que cesa en su relación de dependencia laboral.



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