cartas

Alerta por la salud de los chicos pobres

La vida de los pacientes
afectados por males endémicos, que la
sociedad globalizada descarga sobre los excluidos del sistema, corre serios riesgos. Se teme que en los últimos meses los promedios sean aún más alarmantes. La drogadicción es un flagelo acuciante. Día a día el Sida deja de ser una amenaza
para convertirse en una realidad en los núcleos azotados por la miseria del desarraigo social. Se incrementa la repitencia escolar en los niños de las zonas marginales. Se
advierte un descenso en la edad de las embarazadas pertenecientes a los núcleos carenciados de la ciudad. Es hora de que los rosarinos abramos los ojos aunque temamos que la realidad nos enceguezca. Hoy es un perro que agredió a un niño, ayer las golondrinas que defecaron en el patio de una institución. Los médicos suministran día a día el parte sobre el estado del bebé, que felizmente está muy bien. Los ciudadanos estamos esperando el parte que nos informe sobre el estado de salud de los chicos pobres, de esos que encuentran en la basura un mendrugo para calmar el hambre.
Felisa Aurascoff