Un turista de 25 años, oriundo de la ciudad de Santa Fe, fue asesinado ayer en Porto Alegre, Brasil, por un grupo de delincuentes que además le robó unos 2.000 pesos y las pertenencias a otras cuatro personas que viajaban en el mismo auto que la víctima. Por la tarde, en diálogo con La Capital, el padre del muchacho muerto manifestó su dolor e indignación por la suerte corrida por su hijo y pidió que "la gente no viaje más a Brasil" al sostener que allí "nadie tiene garantías".
La víctima del ataque fue Diego Aníbal Rodríguez, quien se dirigía hacia la ciudad balnearia de Torres conduciendo una Renault Trafic propiedad del padre de su novia, Cinthia Gramajo. Junto a la pareja viajaban también los padres de la chica, Esteban y Marta, además de la abuela de la joven, quienes resultaron ilesos.
La madrugada de ayer, mientras el utilitario circulaba a la altura del kilómetro 126,9 de la ruta BR-290, en la zona metropolitana sur de Porto Alegre, fue emboscado por los asaltantes que, según los primeros informes policiales, iban en un auto color bordó.
En esas circunstancias los delincuentes dispararon contra el utilitario, hiriendo mortalmente a Rodríguez, quien recibió tres balazos en la cabeza y el cuello, lo que ocasionó que perdiera el control del vehículo que salió de la ruta y volcó.
Cuando la Trafic se detuvo, los delincuentes con total impunidad y sangre fría desvalijaron a los turistas argentinos y les robaron 2.000 pesos, algunas pertenencias y sus documentos personales. En tanto, ninguno de los integrantes de la familia Gramajo recibió heridas y fueron asistidos en estado de shock en el Hospital de Pronto Socorro de Porto Alegre.
Los delincuentes, en tanto, escaparon del lugar amparados en la oscuridad sin que hasta el momento la policía lograra obtener rastros que permitan su detención.
Según informaron medios brasileños, testigos circunstanciales señalaron que el vehículo de Rodríguez fue seguido por los asaltantes unos cinco kilómetros, desde el puesto de peaje de Eldorado hasta el lugar donde se produjo el asalto.
Una triste llamada
A primera hora de ayer, Marta Gramajo llamó a su casa de Santa Fe para darle la triste noticia a una de sus hijas, quien a su vez, fue la encargada de comunicarle lo sucedido a Vicente Rodríguez, padre del muchacho asesinado.
Vicente recordó que su hijo junto a la familia Gramajo habían salido desde Santa Fe la mañana del viernes y que proyectaban pasar diez días de vacaciones en Torres, donde ya habían alquilado una casa.
Con la voz quebrada por el dolor, el hombre agradeció al gremio de la Sanidad y a la empresa de emergencias médicas en la que su hijo trabajaba como chofer por las gestiones que realizaron y que le permitirán velar a partir de hoy a Diego en esta ciudad. En cambio, criticó a la Cancillería argentina "porque en ningún momentos se pusieron en contacto conmigo".
Vicente contó que su hijo "era un muchacho sano", que jugaba al fútbol en la Liga Santafesina integrando el plantel de Gimnasia y Esgrima de Ciudadela. "Es un buen número 10" dijo el padre de cinco hijos, entre los cuales Diego "era el mayor de los varones".
La Ciudad
