Año 49.007
 Nº CXXXIV
Rosario,
miércoles  24 de
enero de 2001
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El pasado de extrema izquierda de dos de sus ministros jaquea a Schroeder
Fischer, de Exterior, y Trittin, de Ambiente, hoy verdes, estuvieron en su juventud vinculados con terroristas

Javier Caceres Joachim Schucht

Berlín.- En un evidente intento de zanjar una polémica pública que parece desbordarse, el canciller alemán Gerhard Schroeder aceptó las explicaciones que han dado los últimas semanas sus ministros de Exteriores, Joschka Fischer, y Medio Ambiente, Juergen Trittin, sobre sus pasados de extrema izquierda. Las revelaciones sobre los "pecados de juventud" de ambos ministros -integrantes del partido ecologista Los Verdes- están siendo explotadas por la oposición democristiana, con el apoyo de la prensa conservadora.
"Ambos aclararon lo que podía prestarse a malos entendidos o era equivocado", manifestó Schroeder ante la prensa en Pirmasens, en el suroeste de Alemania. Schroeder, que se encuentra en un viaje por Renania-Palatinado, a sólo ocho semanas y media para las elecciones regionales, no ocultó su esperanza de que la discusión sobre Trittin y Fischer llegue a un fin.
Schroeder consideró que los ataques contra los ministros son un intento de desviar la atención de la oposición. Sus más inmediatos colaboradores dejan caer que no descartan que haya una campaña de "acoso y derribo" orquestada, con gran protagonismo de dos editoriales tan influyentes como conservadoras.
Al parecer, el propio canciller tampoco cree en casualidades. No en vano, él mismo se ha visto expuesto a rumores sobre su vida privada. Los abogados de Schroeder acaban de lograr ante la Justicia siete órdenes judiciales provisionales que prohíben a una editorial de Hamburgo seguir divulgando determinadas especulaciones sobre los supuestos problemas conyugales del canciller.

Rey protege torre
A los observadores políticos no se les ha escapado que Schroeder ha tratado los casos Fischer y Trittin de maneras muy diferentes. A Fischer lo defendió personalmente, en una jugada que no encontró la aprobación de todos sus asesores personales: "Rey protege torre", fue el simil ajedrecístico que utilizó un medio alemán para describir la intervención del canciller, el pasado viernes en el Parlamento federal.
Trittin, en cambio, tuvo que esperar hasta el mediodía de ayer. Todo apunta a que Schroeder desaprueba la actitud de Trittin, que se convirtió en objeto del debate público por el desatino con el que reaccionó al ser abordado el domingo por el hijo de Siegfried Buback, una de las víctimas más ilustres del terrorismo de los 70. Cuando fue asesinado en 1977 por la banda terrorista RAF era el fiscal general de la República. Por esa época, Trittin militaba en una pequeña formación marxista, la Liga Comunista.
El hijo del asesinado funcionario le pidió al ahora verde Trittin que se distanciara, por fin, de un polémico artículo que había defendido hasta entrados los años 90 y en el que un autor anónimo expresaba satisfacción por el asesinato del entonces fiscal general alemán. Trittin le respondió que no veía motivo alguno para desdecirse de nada, porque "nunca" había hecho suyas las ideas expresadas en la nota. "Señor ministro, ¿cómo puede ser tan insensible?", preguntaba ayer el diario popular Bild.
Antes de este último traspié, Trittin reconoció que "fue un error" no haberse distanciado en su momento del panfleto, firmado por un anónimo conocido como Mescalero, en el que se exterioriza cierta satisfacción por el asesinato de Buback por la banda RAF (Fracción del Ejército Rojo, el grupo terrorista más importante surgido en Alemania Federal).

Vecina terrorista
El debate sobre Trittin y Fischer, mientras, sigue; aunque ya a un nivel de miradas cada vez más estrechas. Uno de los debates que apasiona actualmente a los alemanes es el paradero de la ex terrorista Margrit Schiller, en abril de 1973: ¿Encontró cobijo en la comuna de Fischer, como afirma ella en su autobiografía de 1999? ¿O sólo vivió en el mismo edificio, pero en otro departamento, como sostiene Fischer, que no descarta haber desayunado y discutido alguna vez con ella? Fischer debió responder recientemente a las preguntas de un tribunal penal de Frankfurt que imputa de asesinato a un antiguo amigo del ahora ministro alemán. El caso remonta a los años 70, y a un atentado terrorista contra un encuentro de la Opep, el cartel petrolero, en Viena.
La oposición está visiblemente interesada en perpetuar el debate sobre Fischer y Trittin. "No les creo ni una palabra más", dijo ayer el secretario general de la Unión Cristiano Demócrata (CDU), Laurenz Meyer.


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