Año 49.007
 Nº CXXXIV
Rosario,
miércoles  24 de
enero de 2001
Min 20°
Máx 30°
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com





Internet revela su cara humanitaria desde un caso especial
Miles de internautas buscan un corazón para una beba que murió
A tres meses del fallecimiento de la niña, sus padres siguen recibiendo ofrecimientos de gente que quiere ayudarlos

Miles de usuarios de Internet buscan desde hace medio año un corazón para una beba que murió hace tres meses en el hospital Italiano la Capital Federal, pero la cadena continúa aún hoy por no conocerse su deceso. Aunque Jorgelina, de 8 meses, murió el 4 de noviembre, el interés por ayudarla sigue llegando desde lugares tan lejanos como los Estados Unidos y España, en detrimento del salvataje de otros bebés que aún están vivos.
"Somos papás desesperados. Si decidimos realizar esta cadena es por que nuestros medios se agotan", decía la nota original que los internautas recibieron y reenviaron una y otra vez a sus amigos y conocidos, sin saber que la niña ya había muerto. "Tenemos una beba de ocho meses, que sufre una cardiopatía congénita y fibrosis endomiocárdica por el engrosamiento en el músculo del corazón", había aclarado Alejandra, la madre.
La campaña fue lanzada el primero de septiembre del año pasado, cuando el caso entraba en Emergencia Nacional, pero el 4 de noviembre Jorgelina fue retirada de la lista de urgencias porque murió sin alcanzar a recibir un donante.
La información fue confirmada recién ayer por el vicepresidente del Instituto Nacional Central Unico Coordinador de Ablación e Implante (Incucai), Fernando Pálizas.

Un gran esfuerzo comunitario
El especialista valoró "el esfuerzo comunitario que hace la gente, que se junta y hace una campaña por la donación de un órgano", pero remarcó que el error es "pedir para una persona en particular, porque en emergencia hay muchos y algunos mueren durante la espera".
Pálizas explicó que en Argentina "los chicos tienen prioridad en transplantes" y aseguró que, por eso, "hay menos chicos en lista de espera" pero por contrapartida "dependen, en el caso del corazón, no sólo del grupo sanguíneo y la histocompatibilidad, sino además del tamaño".
La cadena llegó mil veces a la gente y se multiplicó mediante los sistemas de reenvío de notas o mail por la red, y millones de personas leyeron el pedido desesperado.
Pero "el corazón a medida" no llegó y la niña murió en el hospital Italiano, debido a una insuficiencia cardíaca terminal, pese al ruego cibernético de Alejandra y Jorge Aguirre.
En el Incucai, aún ahora, tres meses después, reciben llamadas para ofrecer colaboración en este caso y "llegan comunicaciones desde los Estados Unidos, para verificar los datos y ofrecer ayuda", explicaron. A su vez, los médicos de terapia intensiva del Hospital Italiano relataron que hace menos de dos semanas se comunicaron con ellos desde España para ofrecerles un corazón, pero ya era tarde.
La pareja que pidió auxilio por Internet con la misma desesperación que los náufragos cuando lanzan una botella al mar, no tuvo en cuenta cuestiones tales como la histocompatibilidad, ni el grupo sanguíneo, sólo un corazón chiquito.
Internet no fue mejor que la Emergencia Nacional y hasta la radio y la televisión demostraron oportunamente ser más eficientes que la red, pero los internautas no desfallecen: persisten en dar una mano que Jorgelina ya no puede asir.


Notas relacionadas
El costado chusma
Diario La Capital todos los derechos reservados