Vamos las bandas

Diego Lambertucci, de Skatos, dijo que la banda intenta no atarse a las fórmulas

-¿Cuánto hace que están formados?
-Estamos desde el 92 y en todo este tiempo cambiamos algunas cosas en cuanto al estilo. La banda actual está formada por Pablo Cirilli, en batería; Javier Marcus, en bajo; Cecilia Cirilli, en voz y coros, y yo, en guitarra y voz.
-¿Cuál es el estilo?
-Es algo progresivo experimental. Esto no significa que sea conceptual y no audible, sino que es sinfónico y rock progresivo en diferentes medidas. No tenemos el cliché común de los grupos de música: nuestra base fuerte es de rock, pero con un sentido de experimentación muy grande en cuanto a lo progresivo. Estamos siempre tratando de hacer cosas distintas. En el fondo nuestra intención es tratar de sorprender y salirnos del ritmo formateado. Tenemos la característica de mutar, inclusive dentro del mismo tema.
-¿Qué entendés por los clichés?
-En el rock en estado puro, también en el pop, y eso sin hablar de la música electrónica, todo está formateado. Nuestra idea es no quedarnos en lo repetitivo sino transformarnos permanentemente con una propuesta diversa no solo en el desarrollo del estilo sino también dentro de los mismos temas.
-¿Es música para escuchar o para bailar?
-En el marco de lo que se escucha hoy, es más que nada para escuchar. Lo que intentamos es que se haga un esfuerzo por entenderlo. Sin embargo no es una música tranquila, tiene distorsiones. Podrían verse pantallazos o pinceladas de Divididos, que buscan recursos para hacer algo continuo y sin embargo que no quede como un producto vacío.
-¿Cuáles son las influencias?
-Algunos trabajos independientes, algo de Joe Satriani, Iron Maiden, Yes y una cantidad de gente que no usa patrones establecidos no sólo de un tema a otro sino a lo largo del tema.
-¿El rock sinfónico no es un estilo que perdió terreno?
-Si se identifica lo sinfónico con la década del 70 sí, pero el nuestro podríamos decir que es un rock de los 90, aunque estemos en el 2001. Tiene algunas de esas características pero con una textura más nueva, sin dejar de ser experimental. Sabemos que hacemos una música que no es complaciente para el mercado.
-¿Cuál es la dificultad para sostener un proyecto no comercial?
-Lo que tenemos grabado de la primera etapa, lo hicimos por nuestra cuenta y lo que queremos hacer ahora, que es más complejo, se nos hace muy pesado. Además está la dificultad de tocar en los bares porque piden bandas de cover y nada está más lejos de nosotros que hacer covers. Se nos plantean dificultades muy grandes, pero estamos conformes aunque no toquemos todos los sábados. No estaríamos mejor tocando más veces, pero algo formateado. Nuestra expectativa es poder seguir siendo nosotros mismos y expresarse es la expectativa del arte. Al margen de lo económico, confiamos en Rosario porque todavía se puede hacer arte.

"Siempre tenemos la actitud de salirnos de los ritmos preestablecidos", dijo el músico.