Año CXXXIV
 Nº 48.992
Rosario,
miércoles  10 de
enero de 2001
Min 21º
Máx 25º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com






Chicos en problemas
Los niños sufren más trastornos mentales que hace 20 años atrás

Un estudio realizado por la Universidad de Pittsburgh, Estados Unidos, publicado por la revista especializada Journal of Pediatrics, revela que la tasa de diagnósticos psiquiátricos que involucran a menores de entre cuatro y quince años ha aumentado en un 19% durante las últimas dos décadas.
Para determinar los trastornos más frecuentes que afectan a los pequeños, los especialistas de Pittsburgh analizaron a más de nueve mil niños que acudieron a consulta pediátrica durante 1977. Luego los datos recogidos se compararon con cerca de 21 mil consultas del mismo tipo realizadas en 1996.
Dentro de los diagnósticos más comunes realizados por los pediatras se destacan la ansiedad, la depresión, el déficit de atención e hiperactividad y otros trastornos emocionales similares.
Ser miembro de esta sociedad globalizada y en constante apuro se ha transformado en una labor compleja, más demandante que la de hace algunas generaciones. Y esto es válido para cualquier edad.
Esta situación de conflicto se hace efectiva desde que el niño tiene aproximadamente tres años, edad en la que atraviesa por el proceso de ingresar a la escuela. En esta etapa, el niño debe ser aceptado y cumplir con las expectativas de los padres, quienes consideran que un determinado colegio les dará mejores posibilidades sociales a sus hijos.
A lo anterior se suma el hecho de que los padres actualmente pasan menos tiempo con sus hijos. ¿El resultado? Los niños crecen acompañados de padres sustitutos, como otros parientes o niñeras, o simplemente solos.
Todo esto conforma un clima de mayor demanda social; al niño se le exige más, pero en términos afectivos no se le entrega en igual proporción, lo que a fin de cuentas termina por afectar a los más susceptibles, es decir, aquellos a los que les cuesta adaptarse a esta realidad. Son estos pequeños quienes con mayor frecuencia manifiestan trastornos emocionales o psicológicos.
Los adultos cuentan ahora con más información sobre cómo deben ser los niños o acerca de los rangos de normalidad en que éstos deben desarrollarse. Esto permite a los padres darse cuenta con mayor facilidad de cuándo sus hijos se alejan de la norma y presentan síntomas preocupantes en materia psicológica.
Sin embargo, un mayor conocimiento no es sinónimo de que el modo de enfrentar los problemas sea el más efectivo. Por ejemplo, no siempre los padres analizan sus actitudes, la crianza que dan a sus hijos, el tiempo que pasan con ellos ni la calidad de ese tiempo.
Según Virginia Seyler, psicóloga de la Universidad de Chile, la suma de todos estos factores afecta la estabilidad emocional y psicológica de los menores y, en definitiva, incide en que la consulta psicológica infantil vaya en aumento y sea cada vez más temprana.


Diario La Capital todos los derechos reservados