Año CXXXIV
 Nº 48990
Rosario,
domingo  07 de
enero de 2001
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La ola de asesinatos no se detiene en Colombia
Los paramilitares de extrema derecha ejecutaron a 13 campesinos y secuestraron a otros 24

Bogotá. - Un total de 13 campesinos fueron asesinados por un comando de paramilitares de extrema derecha en la noroccidental localidad colombiana de El Peñón. La crónica ola de violencia sigue así cobrando vidas en Colombia, mientras no se avizora una salida y el gobierno del presidente Andrés Pastrana parece paralizado. Durante el año 2.000 más de 38.000 colombianos murieron en forma violenta, un récord que denota la virtual guerra interna que sufre la nación.
El comandante de policía del departamento de Antioquia, donde se ubica El Peñón, coronel Guillermo Aranda, señaló que una facción de las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) dio muerte a los 13 labriegos en momentos en que departían con sus familias.
Los campesinos fueron sacados de sus viviendas y asesinados en presencia de sus parientes luego de que los criminales confrontaran sus identidades con una lista que llevaban consigo.
Esta es la segunda masacre que se registra en Antioquia en los últimos tres días, recordó el oficial. El pasado jueves un presunto comando de las AUC asesinó a once labriegos en zona rural del municipio de Yonlodó.
Por otra parte, presuntos paramilitares secuestraron a 24 personas en cercanías al puerto petrolero de Barrancabermeja, al norte del país, cuando los labriegos se movilizaban en cuatro canoas con mercancía, denunció la Asociación de Campesinos del Valle del Río Cimitarra. Los pistoleros acusaron a los campesinos de ser auxiliadores de la guerrilla y amenazaron con matarlos si éstas no liberan a dos personas que al parecer los rebeldes secuestraron días atrás.
Las AUC libran desde la década de los 80 una declarada guerra a muerte con las guerrillas izquierdistas por el control de varias zonas del país. En el marco de esa lucha acostumbran a asesinar a civiles que perciben como aliados del rival. Según documentos de los organismos de seguridad del Estado, los paramilitares han cometido el 70 por ciento de las masacres ocurridas en el país andino.
En tanto, una bomba de regular poder estalló al paso de una tanqueta de la policía en el municipio de Barrancabermeja provocando la muerte de un menor de edad y heridas a 11 personas. El atentado se registró al pasar la tanqueta, que era seguida por un autobús de servicio público, causando heridas a ocho civiles y tres uniformados, según informó la policía de ese municipio, distante 450 kilómetros de Bogotá.
Dos hombres fueron detenidos, y según los primeras estimaciones oficiales, serían integrantes de las milicias urbanas de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
En Bogotá, por su parte, el fiscal general investiga el asesinato del diputado Diego Turbay, su madre y otras cinco personas. El múltiple asesinato ocurrió el 29 de diciembre último en una carretera del sur del país. Aunque todas las pistas parecen indicar que guerrilleros fueron los autores del crimen, no se descartan otras teorías, dijo el fiscal general de Colombia, Alfonso Gómez Méndez. El fiscal agregó que existen indicios que apuntarían hacia la autoría de las Farc en el asesinato de Diego Turbay, su madre y cinco acompañantes más en una carretera.
Gómez Méndez explicó que la investigación apenas comienza y tenemos que seguir explorando diversas hipótesis. Hay indicios, y utilizo el condicional, que apuntarían a las Farc.
Los subversivos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) han dicho que lo único que saben del homicidio es que las siete personas están muertas y que la familia Turbay tenía muchos enemigos en la región.



El sepelio del diputado Diego Turbay en Bogotá.
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