Año CXXXIV
 Nº 48990
Rosario,
domingo  07 de
enero de 2001
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Clinton enfurece a los republicanos con un decreto que protege a los bosques
Bush quiere entregarlos a las empresas madereras y petroleras, grandes financiadoras de su campaña

Washington. - El presidente Bill Clinton prohibió por decreto construir carreteras y explotar recursos naturales en un tercio de los bosques de Estados Unidos, unas 24 millones de hectáreas. La medida responde al clamor de los grupos ambientalistas y es un evidente boicot para los proyectos de explotación declarados por el presidente entrante, George W. Bush. Este, tradicional aliado de los intereses petroleros, impulsa la explotación intensiva de muchas de las tierras ahora protegidas por el decreto de Clinton.
Ya varios legisladores republicanos pidieron al presidente electo Bush que derogue la medida en cuanto llegue al poder. Clinton está empeñado legar a la posteridad una imagen de protector del medio ambiente en las tierras públicas, aprovechando para ello sus últimas semanas en la Casa Blanca para hacerlo por decreto, sin necesidad de someterlo a la consideración del Congreso.
En los últimos meses Clinton declaró por decreto ejecutivo varios monumentos nacionales nuevos, y seguramente designará varios más antes de dejar el cargo el 20 de enero. Pero sus regulaciones de protección forestal, que cubren cerca de 24 millones de hectáreas en tierras forestales sin caminos en 38 Estados, han sido aún más polémicas.
El presidente prometió hace más de un año proteger estos lugares, y esta medida cumple el compromiso, dijo el vocero de la Casa Blanca Elliott Diringer. Restaura el equilibrio en nuestros bosques nacionales y asegura la protección de estas extraordinarias tierras para las futuras generaciones.
Pero el plan forestal, casi idéntico al propuesto en noviembre, ha sido muy criticado, principalmente por los legisladores republicanos del occidente del país, y por las industrias de energía, minería y maderera, que lo consideran demasiado restrictivo. Todos estos sectores son tradicionales aliados de los republicanos.
La semana pasada, el representante republicano Jim Hansen, nuevo presidente del Comité de Recursos de la Cámara de Representantes, exhortó a Bush a trabajar con el Congreso para derogar ese programa forestal.
En una carta a Bush y al vicepresidente electo Dick Cheney, Hansen calificó la prohibición de construir carreteras y las restricciones de tala como uno de los mayores abusos del gobierno de Clinton.
Hansen subrayó otras medidas ambientales de la era Clinton que tendrían -a su criterio- que ser derogadas, como la prohibición de usar trineos motorizados en los parques nacionales y los monumentos declarados por decreto sin consultar a las delegaciones legislativas estatales.
Bajo el plan nuevo plan, el Servicio Forestal prohibirá la construcción de carreteras en 23,4 millones de hectáreas de bosques federales donde no existen caminos, incluidos 3,7 millones de hectáreas en el parque nacional Tongass, en Alaska.
La decisión presidencial es la de mayor alcance en materia de protección ambiental en 20, desde que el también demócrata Jimmy Carter otorgara a Alaska el status de santuario.
La orden ejecutiva firmada por Clinton no requiere del visto bueno del Poder Legislativo. Bush se ha manifestado partidario de terminar con el status de santuario de Alaska y desea impulsar la explotación petrolera en el parque nacional Tongass. La campaña republicana recibió enormes contribuciones de la industria petrolera. Bush ha nombrado par la cartera de Interior a la polémica Gale Norton, conocida partidaria de explotar industrialmente los tesoros naturales de Estados Unidos. Su nominación llevó a la asociación ecologista Sierra Club a pedir a los demócratas que no otorguen a Norton la ratificación en el Senado.



Clinton en el zoológico de Washington.
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