Año CXXXIV
 Nº 48990
Rosario,
domingo  07 de
enero de 2001
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Día a día, el agobiante registro meteorológico en lo que va del 2001
Ayer la sensación térmica batió su récord: 46 grados a las 16
Casi una semana entera con máximas que llegaron hasta 37 grados y mínimas de 22 que no dejaron ni dormir

Laura Vilche

¿Qué rosarino no habló del calor y de la probable tormenta en los últimos días? ¿Quién no escuchó decir que hacía tiempo no se vivía un verano tan agobiante en la ciudad? ¿Qué vecino no afirmó que se venía la lluvia porque los alguaciles y las hormigas estaban como locos y dolían los huesos más de lo habitual? Los comentarios cotidianos y los pronósticos domésticos tuvieron realmente su justificación durante los primeros seis días de este 2001, cuando las temperaturas máximas llegaron a los 37 grados y las mínimas a 22, impidiendo a más de un mortal pegar un ojo durante la madrugada. Ayer, con 37,1 grados se batió el récord del año y de la temporada. La sensación térmica tampoco dio respiro: a las 16 llegó a 46 grados, una marca que incluso superó los 44 registrados el 26 de diciembre pasado, cuando la temperatura real había llegado a 37.
Las explicaciones del clima estuvieron toda la semana a la orden del día. Desde el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) se cansaron de repetir que el pegajoso calor se debía a una masa de aire cálido tropical que tuvo su entrada por el norte del país. También en más de una oportunidad se anunció el alerta meteorológico. Pero el día que sonó como fija fue ayer: Probables tormentas y chaparrones, ráfagas de viento fuerte o muy fuerte y ocasional caída de granizo, fue el pronóstico más jugado para las últimas horas.
La meteoróloga del SMN Susana Gordillo reiteró ayer el anuncio de que vendría lluvia, a pesar de la presencia de un sol obstinado que derretía los sesos. Eran las 16, el momento en que la sensación térmica se había plantado en los 46 grados, marcando el récord de lo que va del año y superando a los 44 grados de calor que se sintieron en la piel un día después de la última Navidad.
Hay un sistema de tormentas que afecta fundamentalmente al norte y el centro del país. Rosario está involucrado, ya que la inestabilidad afectará el sur de Entre Ríos y el este de la provincia de Buenos Aires, y se desplazará con rumbo este-noroeste, explicó Gordillo.
Pero los rosarinos, que ayer ya estaban preparados para recibir la tormenta, tenían una preocupación más. ¿Daría alivio la lluvia o sólo aportaría más humedad, convirtiendo a la ciudad en un infierno?
Ante este interrogante, la pronosticadora anticipó que habrá un recreíto por unos días. Bajará un poco la temperatura y habrá alivio -dijo-, y posiblemente tendremos más días inestables porque no cambiará la masa de aire calurosa y húmeda que provocará las precipitaciones.

Largas noches de insomnio
Se sabe que los veranos son pesados en Rosario y que por la tarde hace un calor insoportable, ¿pero por qué vienen siendo tan densas las madrugadas? ¿Por qué en ese momento uno no puede dormir, si no es gracias a un aire acondicionado? Por la humedad, contestó Gordillo sin titubeos.
Esa es para ella la Cruella de Vil por la que las temperaturas mínimas son tan elevadas en Rosario (el viernes fue la más alta de los seis últimos días, al llegar a los 22 grados). También es la causa que le endilgó a Rosario el mote de capital del reuma.
Por ello, Gordillo aclaró que a la elevada temperatura mínima sólo la derrotará un viento pampero. Una masa de aire fría y seca, según explicó, es lo único que podrá modificar esas mínimas y hacer que los insomnes recuperen su sueño tan preciado.
Gordillo también se refirió a la alta sensación térmica de 46 grados que se vivió ayer. Muchos dicen que ese valor es un invento argentino, pero la meteoróloga negó que eso sea así. Dijo que realmente el cuerpo siente una temperatura distinta a la oficial y que esto está relacionado con la intensidad y dirección del viento.



Una locura de verano para sentir el aire en la cara.
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