Año CXXXIV
 Nº 48.986
Rosario,
miércoles  03 de
enero de 2001
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Golpe al calor

El verano es un momento clave para extremar la protección de los chicos que practican deportes en las horas de más calor. Esto propone el Comité de Medicina Deportiva de la Academia Americana de Pediatría (AAP) en las recomendaciones que hizo públicas para prevenir la deshidratación en los jóvenes deportistas.
Este documento, publicado en la revista Pediatrics, recuerda la gravedad de lo que se conoce como golpe de calor y resalta la particular vulnerabilidad de los niños y los jóvenes frente a esta patología. El golpe de calor es un cuadro que presenta un aumento de la temperatura, explica Gloria Califano, secretaria de Medios y Relaciones Comunitarias de la Sociedad Argentina de Pediatría. Al no disponer de suficiente líquido para la sudoración, el mecanismo de mantenimiento de la temperatura deja de funcionar correctamente. Si la rehidratación del deportista es insuficiente, las reservas de líquido disminuyen y como resultado aparece la deshidratación.
Esta situación genera una disminución del volumen de sangre circulante y una vasoconstricción de los capilares superficiales, que explica por qué los deportistas que sufren estos episodios presentan palidez y frialdad. Los síntomas que delatan la existencia de un golpe de calor son, en primer lugar, la aparición de cefalea, y posteriormente, la pérdida de la conciencia, afirma Califano.
Según los especialistas, el tratamiento de este cuadro consiste en retirar al deportista del sol y trasladarlo hacia una zona fresca, mojarle la cabeza con agua fría y hacerle tomar una bebida rica en sales y minerales. Si en 15 minutos no responde, es necesario recurrir a un servicio de asistencia de emergencias, en donde seguramente se administre por vía intravenosa suero glucosado para conseguir una rápida rehidratación.
De acuerdo con el informe de la AAP, es importante poner especial énfasis en la prevención de la deshidratación porque, en los más chicos, los mecanismos de regulación de la temperatura corporal no funcionan tan bien como en los adultos. Para un mismo porcentaje de deshidratación, los menores experimentan un mayor aumento de la temperatura interna, debido a que su capacidad de sudoración no está desarrollada completamente, explica Califano.

Recomendaciones
La Academia Americana de Pediatría recomienda evitar la práctica de ejercicio físico en las horas de temperaturas máximas (entre las 11 y las 15), especialmente si los chicos no entrenan de forma habitual. Es preferible hacer deporte en lugares frescos y a la sombra, advierte Califano. Y la dieta previa a la práctica debería ser liviana y abundante en frutas y verduras, agrega.
Patricia Cirigliano, directora de la Primera Escuela Argentina de Natación para Bebés, por su parte, remarca la importancia de controlar los síntomas visibles, como caritas muy rojas y pelos empapados y otros signos de torpeza física en niños habitualmente hábiles. La especialista también conseja el uso de gorros o sombreros y ropa de fibras naturales que permitan ventilar el cuerpo.
Advierte, además, que se deben respetar las mismas medidas cuando la actividad se realiza en una piscina, donde los chicos también transpiran.
El consumo de líquidos antes, durante y después de la actividad física es señalado como el método de prevención del golpe de calor más importante. Se recomiendan las bebidas isotónicas, que son aquellas ricas en sales minerales y glucosa -jugos naturales de frutas, caldos o bebidas especialmente enriquecidas, muy difundidas entre deportistas-.
Observar a los chicos mientras juegan, suele advertir algunos de los signos que pueden derivar en un colapso. Ver bocas muy abiertas por un tiempo prolongado puede indicar que se ha llegado al límite de las fuerzas y que hay que cortar a tiempo, afirma Cirigliano. El ritmo de los juegos y deportes también incidiría en las posibilidades de recuperación. Por eso las actividades muy intensas deben realizarse en períodos más breves, con mayores intervalos de descanso que otras de baja intensidad que apelan más a la resistencia aeróbica, agrega.
Por último, la AAP recomienda a los entrenadores que expliquen a los deportistas más chicos cuáles son los síntomas que preceden al golpe de calor con el fin de que sean identificados a tiempo. Entre ellos se encuentran el dolor de cabeza, la confusión mental y la torpeza de movimientos.


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