Año CXXXIV
 Nº 48.979
Rosario,
martes  26 de
diciembre de 2000
Min 18º
Máx 27º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com





El personaje
Virginia Tola: Vocación que promete una diva del bel canto

Porque siempre supo que sería cantante. Aunque no existen antecedentes de cantantes líricos en su familia, Virginia Tola, desde su infancia, supo que iba a cantar y solía jugar a la soprano con sus amigos. Luego de pasar por un coro de su Santo Tomé natal, la niña fue descubriendo los secretos de la lírica y la necesidad de profundizar, a través del estudio, las técnicas que le permitieran expresar su vocación artística.
Porque supo pelear por su vocación. Con sacrificados viajes semanales desde Santa Fe a Buenos Aires, la futura soprano se inscribió en el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón de Buenos Aires. Así estudió con los maestros Ana Sirulnik y Gustavo Valerio. Sus condiciones naturales y su desempeño le permitieron obtener una beca de la fundación del teatro porteño para el período 1997/2000. Sus inquietudes la impulsaron a estudiar interpretación del lied alemán y la canción francesa con el maestro Guillermo Opitz y participó de clases dictadas por los maestros D. Hines, de Viena y F. Lerou, de Francia y C. Underwood de Escocia.
Porque no asumió la pose de una diva. La vocalista repite a quien la quiera oir que no tiene mucho que ver con los códigos que suelen manejar los habitantes del mundo de la lírica, donde el divismo es una moneda corriente y suele aparecer como una condición inseparable del talento. Sin temores Virginia Tola confiesa que escucha música popular, incluidas las cumbias que suenan en las radios santafesinas las que no le resultan ajenas. A pesar de los premios obtenidos y la incipiente carrera internacional que transita, la cantante no se aleja de su realidad como habitante de una ciudad del interior de la Argentina.
Por el padrinazgo de Plácido Domingo. A partir del momento en que la conoció, cada concierto que brinda el tenor español es considerado como una ocasión propicia para que Virginia Tola sea la invitada de honor. El respeto que logró ante uno de los mejores cantantes del mundo y talentoso director y puestista de óperas le valió a la joven conseguir contratos hasta el año 2002.
Porque cosechó lauros por sus dotes artísticas. En 1999 se consagró ganadora del primer premio del Concurso Internacional de Canto Reina Sonja, en Oslo, Noruega. La competencia de canto más importante de Escandinavia la consideró la mejor y le abrió las puertas a un sector del norte de Europa donde el canto es una de las artes más apreciadas. El jurado que que premió sus dotes artísticas estuvo integrado por Theo Adan, Ingrid Bjoner, Christa Ludwig, Birgit Nilsson.
Porque debutó en el Colón con una obra argentina. El debut en el máximo teatro lírico argentino de la cantante se produjo en ocasión de ofrecerse el estreno mundial de la obra Don Juan, compuesta por el maestro Juan Carlos Zorzi. A la satisfacción de ver realizado el máximo sueño de cualquier cantante de ópera argentino, la joven sumó el honor de interpretar una obra en primera audición para el mundo salida de la pluma de quien fuera uno de los más recordados directores de la Orquesta Sinfónica de Rosario.



Ampliar Foto
Diario La Capital todos los derechos reservados