Año CXXXIV
 Nº 48.974
Rosario,
miércoles  20 de
diciembre de 2000
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El tabaco dispara crisis depresivas
El consumo habitual en los adolescentes incrementaría los efectos negativos sobre los estados de ánimo

Enfermedades cardíacas y pulmonares, cáncer, complicaciones prenatales. Estos son algunos de los riesgos más conocidos del tabaquismo. Sin embargo, varias investigaciones apuntan datos novedosos acerca de los menos publicitados efectos del humo sobre los estados de ánimo.
Un estudio realizado en conjunto por científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Cincinnati y el Instituto Schneider de Políticas de Salud de la Universidad de Brandeis, en los Estados Unidos, afirma que el consumo habitual de tabaco en la población adolescente sería un determinante poderoso en el desarrollo de síntomas de depresión. Pero también hallaron que, contrario a lo que se pensaba, este cuadro psiquiátrico no sería un condicionante para la adicción al tabaco.
El trabajo, publicado en la edición de octubre de Pediatrics -la revista de la Asociación Americana de Pediatría-, tomó como base el Estudio Nacional de la Salud del Adolescente, que se realizó durante todo el año pasado en los Estados Unidos, y reclutó además a 15.651 jóvenes.
La proporción de adolescentes que reportan síntomas significativos de depresión se ha incrementado en los últimos años, afirma John Capitman, uno de los líderes del equipo. Incluso, algunos trabajos recientes indican que la prevalencia de la depresión en los adolescentes va del 15 al 20%, igualando a las cifras en la población adulta.
Estudios previos habían hallado la presencia de síntomas depresivos en jóvenes de 15 y 16 años, que predecían el inicio en el consumo de tabaco nueve años más tarde. En el segmento de edad entre los 21 y los 30 años, el 5,4% de los voluntarios que habían sufrido depresión se habían convertido en fumadores regulares catorce meses más tarde, frente al 2,4% de aquellos que estaban sanos y no poseían antecedentes.
Estos resultados difieren de los presentados por estudios anteriores, según los cuales la depresión y la ansiedad incrementan las posibilidades de desarrollar una adicción al tabaco. Sin embargo, es indudable que el tabaquismo es un antecedente que puede llevar a padecer síntomas de depresión en adolescentes que antes de fumar no los presentaban, asegura. Pero la relación entre tabaquismo y depresión es compleja y dinámica.
Elizabeth Goodman, jefa de la división de Medicina del Adolescente, del Hospital de Niños de la Universidad de Cincinnati, postula que el efecto del tabaquismo en el desarrollo de la depresión podría ser atribuido al impacto de la nicotina y de otras sustancias contenidas en el tabaco en el sistema nervioso central. Incluso se está trabajando en tratamientos para dejar de fumar utilizando antidepresivos, que ya han demostrado cierta eficacia en estudios preliminares. Esto otorgaría un soporte adicional a esta visión, concluye.


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