Año CXXXIV
 Nº 48.974
Rosario,
miércoles  20 de
diciembre de 2000
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Insomio e hipersomnio
Esperando el sueño
Un horario ordenado tanto para las comidas como para ir a dormir además de la actividad física facilitan un descanso de calidad

María Laura Favarel

La Sociedad Latinoamericana del Sueño, junto con ACNielsen Bases, realizó una encuesta en las principales áreas urbanas de Argentina, Brasil y México, sobre los problemas del sueño que padecen sus pobladores. El estudio demostró que las 2/3 partes de los encuestados padeció algún trastorno en los últimos 12 meses, independientemente de la edad y el sexo.
El doctor Claudio Aldaz, especialista en trastornos del sueño y la vigilia, consultado por La Capital, dijo al respecto que en nuestra ciudad las consultas más frecuentes están referidas a insomnio e hipersomnio.
El insomnio implica dormir en menor calidad y cantidad durante la noche, con variadas manifestaciones que van desde un sueño muy frágil e inestable con despertares frecuentes en la noche, hasta la dificultad para quedarse dormido, explica el especialista.
Según Aldaz el insomnio es padecido en su mayoría por las mujeres, mientras que el hipersomnio se presenta con mayor frecuencia en los hombres. En tanto, en los chicos, lo más usual es el sonambulismo.

Ojos abiertos
El insomnio en las mujeres suele darse entre los 40 y 55 años, edad cercana a la menopausia. Si al llegar a esta edad la mujer dormía mal, comenzará a dormir peor y si tenía un buen sueño, desmejorará. La alteración se produce por transgredir las horas del sueño. Las actividades laborales y sociales hacen que la rutina del descanso se altere, dijo el especialista.
Frente a esta realidad Aldaz aclara que no existe una cantidad precisa de horas para dormir, ya que depende de cada persona. Algunos tienen mayor necesidad y otros duermen 5 horas.
Se duerme como se vive, afirma Aldaz. Si se desordenan los hábitos y las comidas no tienen horario, sumado a la falta de ejercicio físico, seguramente el sueño no será de buena calidad. Con sólo ordenar estos hábitos se pueden corregir la mayoría de los problemas del sueño, agregó el especialista.
Las preocupaciones alteran también el buen dormir. El estrés ocasionado por los problemas sociales, conyugales, laborales y económicos, afectan según la persona. Algunos más que otros.
Otras causas descriptas por el profesional están comprendidas en el campo de la psiquiatría, como por ejemplo, cuadros de psicosis y depresivos.
En cambio, otros insomnios femeninos tienen relación con afecciones orgánicas. Se da el caso de mujeres jóvenes que, sin darse cuenta, a la noche sacuden las piernas y patean. Este movimiento es común cuando se intenta conciliar el sueño. Sin embargo, cuando se produce en forma entrecortada y sucesivas veces por hora, los movimientos fragmentan el sueño y provocan una decadencia en la calidad del descanso. Generalmente suelen despertarse muy cansadas, porque aunque creen haber dormido bien, el sueño no ha sido profundo.
Otra de las formas se produce cuando se torna dificultoso conciliar el sueño y aparece la inquietud. En muchos casos no sabe cómo colocar las piernas, se producen calambres y cosquilleo. Este fenómeno, conocido como piernas inquietas mejora con medicación para las extremidades inferiores. Una vez corregido, se logra conciliar un plácido sueño, mientras que los sedantes a veces producen el efecto contrario.

Ronquidos y apneas
En el varón los trastornos del sueño junto con las apneas, las somnolencias y el ronquido suelen aparecer entre los 40 y 60 años.
Las causas del hipersomnio son similares a las del insomnio, mientras que los factores psicológicos, emocionales y psiquiátricos tienen menor influencia.
En estos aparecen las apneas del sueño, que no es otra que la falta de respiración durante un tiempo, y la narcolepsia, que se presenta como un adormecimiento durante el día. Se trata de una afección genética que produce ráfagas de sueño incontrolable durante el día debido al mal dormir de la noche. Quienes padecen de hipersomnio suelen dormirse en situaciones de actividad plena, como por ejemplo mientras está dictando una conferencia, o el mecánico que cae dormido mientras está ajustando una tuerca.
Este trastorno puede tener consecuencias fatales. La persona corre alto riesgo porque su atención es muy baja, tiene una hipovigilancia, y ante algo imprevisto reacciona con lentitud, amplía Aldaz.
Los jóvenes no están exentos de sufrir alteraciones en el descanso nocturno. Una de ellas es la hipersomnia idiopática, que se produce entre los 15 y 25 años. Estos duermen muchas horas muy bien, sin despertarse y con sueño profundo, pero tienen grandes dificultades para despertarse. Aún no se conoce la causa y algunos sostienen que está vinculado a un origen psíquico. También ocurre que muchos suelen dormir bien fuera de hora y tal vez de noche no.
A la edad de los jóvenes es fácil tolerar los cambios de sueño, sin embargo luego lo sufren, Se da el conocido insomnio del lunes, que se produce en aquellos que no durmieron en toda la noche, se acuestan de mañana los fines de semana y cuando llega el primer día hábil de la semana no pueden descansar.

Tratamientos
El insomnio se puede curar, afirma Aldaz, quien subraya que lo último que que debe hacerse es consumir psicofármacos y por el contrario, primero hay que ordenar los hábitos de vida para lograr una verdadera higiene del sueño.
Lo óptimo es lograr ritmos regulares de vigilia y sueño con horarios reglados, según la edad de cada persona y con cierta flexibilidad.
Para ello es necesario ordenar los horarios para las comidas. La mejor ingesta no debe ser la cena -puntualiza Aldaz-, porque ir a dormir luego de haber ingerido en forma abundante y sobre todo alcohol, no favorece.
Lo ideal es hacer una cena americana al atardecer, para luego acostarse alrededor de las 23. Esto contraría la costumbre general de la cena tardía, cercana al sueño. Si la ingesta es importante en alcohol, bebidas cola que tienen algo de estimulante, infusiones como café, mate o té, se torna más lento el proceso del descanso.
Aldaz remarcó que la actividad física favorece la conciliación del sueño. Al respecto, el especialista recomendó que lo ideal es practicar caminatas o algún deporte una hora por día antes de la cena.
También aconseja darse un baño tranquilo y relajado con agua caliente, previo al acostarse. Lo contrario de lo que muchos hacen, que es levantarse y bañarse rápidamente.
Para quienes tiene problemas para conciliar el sueño mientras están en la cama el especialista explica que resulta mejor levantarse y realizar alguna actividad fuera del dormitorio, como tejer, leer o mirar televisión durante media hora y luego intentar dormirse. Lo importante es distraerse, no ir a buscar el sueño ni forzarlo. Esto suele ser más favorecedor que lo contrario.
En cuanto a los fármacos, Aldaz dijo que existen remedios para cada uno de los problemas, pero debe dársele un tiempo para actuar y no cambiar la droga a los diez días porque no funciona, concluye.



Si se desordenan los hábitos, el descanso no será bueno.
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