Año CXXXIV
 Nº 48971
Rosario,
domingo  17 de
diciembre de 2000
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Chillán: Al pie del volcán
En el corazón de la cordillera chilena la aventura espera. También, el relax en famosas aguas termales

María Laura Favarel

Inspirar una bocanada de aire puro en medio de los bosques de lengas y pinos es uno de los grandes a la vez que simples placeres que brindan los frondosos bosques del sur de Chile. Entre las ramas se pueden ver las aún blancas cumbres de la cordillera de los Andes y escuchar el murmullo del agua de deshielo que se desliza entre las rocas.
A 500 kilómetros al sur de Santiago -a la altura de la provincia argentina de Neuquén- se encuentra Chillán, el pueblo más cercano al primer resort de montaña Termas de Chillán Ski y Spa Resort, complejo de dos hoteles y departamentos. Allí funciona uno de los centros chilenos de esquí más importantes que en verano se transforma en el lugar elegido para el turismo aventura y la relajación en las aguas termales del spa internacional.
Para llegar hasta este lugar, enclavado en la cordillera, hay que andar un camino de montaña cubierto de árboles en algunos sectores y en otros la vista llega hasta el horizonte, recorriendo sembrados multicolores en la falda de la montaña.
A la vuelta de una pequeña curva, luego de haber ascendido 1.600 metros, se descubre el Gran Hotel, construido entre pinos. Desde allí se pueden ver las soberbias cumbres de los Andes que invitan a los escaladores más atrevidos a descubrirlas.
El complejo cuenta con dos hoteles y seis edificios de departamentos. El Gran Hotel Termas de Chillán es un 5 estrellas con 120 habitaciones, dos restaurantes, bar, sala de juegos, sala de convenciones, guardería infantil, gimnasio, una cancha de squash y dos de tenis, ski shop, piscina termal cubierta con salida a otra exterior con vista panorámica y un natatorio de agua de manantial con reposeras y un spa de nivel internacional.
El otro hotel es el Pirigallo, de tres estrellas. Posee 48 habitaciones, piscina termal descubierta y un completo spa termal, entre otros servicios.
La tercera opción está dada por los modernos departamentos de 2, 3 y 4 ambientes, cocina y garaje distribuidos en seis edificios de arquitectura alpina. Allí cerca se encuentra un minimarket, club house, piscina, capilla religiosa, restaurantes, discoteca y cancha de fútbol.
Para quienes desean pasar el día en este lugar, a pocos kilómetros del Gran Hotel se encuentra Valle Hermoso un camping con piletas termales, juegos para chicos, minimarket, baños y luz eléctrica.

Expedición por los Andes
Donde se elija el alojamiento, cada tarde se encontrará en la habitación una grilla con las actividades programadas para el día siguiente por el equipo de animación. Estas se extienden durante todo el día y van desde las clases de aquaeróbica y las excursiones por la montaña, hasta la gran cena show preparada para la noche y los bailes en la disco.
Uno de los paseos imperdibles consiste en ascender a los 2.500 metros en la telesilla más larga de Sudamérica (son 25 minutos de subida). Allí la sensación de inmensidad es la que domina a quienes no pueden dejar de admirar semejante panorama. A un costado las cumbres del Chillán y un poco más lejos los dos volcanes: el Viejo, apagado desde la última erupción hace más de 1.000 años, y el Nuevo Chillán, donde la tierra expira grandes fumatas de vapores hirvientes.
El equipo de animación -bastones en mano, mochila bien provista, sogas y ganchos- guía a los expertos en trekking de montaña para explorar el volcán apagado. Esta excursión dura todo el día y se puede recorrer la boca del volcán y hasta bajar unos treinta metros hasta el cráter muerto. También se puede escalar el nuevo volcán y llegar muy cerca del vapor de la montaña activa.
El contacto directo con la naturaleza y las vistas inigualables de los paisajes de montaña son premisas de todas las excursiones. Sin embargo, la caminata hacia la Gruta de Los Pangues colma sobradamente las expectativas.
A escasos 20 minutos de caminata desde el hotel hay que insertarse en los senderos del bosque y, luego de una pequeña subida, los árboles se hacen a un lado como un telón para dejar ver la majestuosa caída de agua de 50 metros de altura sobre la gruta. A pocos metros se puede ingresar en la gruta y ver la cascada desde atrás. A través de ella se divisan las cumbres andinas. Por allí se encuentra un camino hacia las paredes de la montaña, donde instructores acompañan a quienes trepan los muros naturales.
Las cabalgatas son otro gran atractivo para explorar la zona. El complejo cuenta con más de 25 equinos, con los que los guías acompañan a recorrer circuitos sinuosos de altura. Se pueden hacer paseos de una hora y otros que llevan todo el día. Un lugar recomendado es el Valle de Aguas Calientes, donde hay baños termales y un asado espera a los jinetes.

Donde ruge la tierra
Luego de una caminata empinada entre los senderos del bosque se llega hasta una altura donde la vegetación se vuelve escasa. A lo lejos se pueden ver las fumarolas, grandes columnas de vapor que emergen de la tierra. A medida que la distancia se acorta, se escucha cada vez con más fuerza los furiosos rugidos de la tierra. De las grietas del cerro Pirigallo la madre tierra impone respeto a los visitantes, profiriendo gritos desde su interior, que son acompañados por enormes exhalaciones de vapor.
Un hilo de agua hirviente se desprende de los imponentes vapores. El azufre se derrite, mezclándose con otros minerales de la tierra, y forma el famoso barro curativo, con el que se hacen los tratamientos de fangoterapia. Allí todo es agreste y natural.
Dos mujeres mayores, a la vez que muy joviales, procedentes de Chillán, suben hasta las fumarolas para aplicarse en forma natural el tratamiento de fangoterapia. También se pueden tomar cortos baños de vapor y respirar el aire termal, pero eso sí, por pocos minutos, porque la temperatura de los vapores es alta y en seguida quema.
Desde este punto se puede ascender hasta la rocosa cumbre del Pirigallo, desafiando los peligros de la montaña. En esas alturas se ven claramente los dos volcanes, a la vez que una amplia vista del valle y de los cordones montañosos que deslumbra al visitante.
Junto con estas expediciones, también se pueden alquilar bicicletas ($5 la hora) y explorar la zona. Arquería y golf son otros deportes que no sólo se practican en Chillán, que también se aprende de manos de los instructores.
Pero las emociones no se acaban aún. Por la noche el equipo de animación prepara diferentes actividades que no dejan a nadie afuera y que van desde los bailes hasta los juegos de cartas y el pool. Todo el clima que se respira, inevitablemente, es de diversión.
Luego de una actividad intensa en el resort, la buena cocina se luce presentando los platos exquisitamente preparados para la ocasión por chefs especializados.
Platos sanos y frescos caracterizan el servicio, junto a una carta de 203 tipos de excelentes vinos de Chile, entre los que se cuentan cabernet sauvignon, merlot y chardonay.
Las comidas cuentan con un primer plato de bufet frío de productos regionales, legumbres y aderezos. El segundo plato ofrece variedades de carnes blancas como pavo o pescado y carnes rojas, acompañados por salsas especiales, legumbres, arroz o papas. En cada desayuno se sirven pancitos recién horneados, dulces y repostería del lugar, junto con fruta fresca de temporada.



Montado a caballo se llega a las fumarolas.
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