Año CXXXIV
 Nº 48.952
Rosario,
martes  28 de
noviembre de 2000
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Más de 170 milímetros en cuatro horas anegaron el centro y los barrios
Una lluvia desmedida y un lock out del transporte provocó el caos en Santa Fe
Las calles se transformaron en piletones gigantes. El paro de colectivos, taxis y remises complicó la situación

Atilio Pravisani Marcelo Carné

Santa Fe. - Más de 170 milímetros de lluvia caída en poco más de cuatro horas y un lock-out patronal que dejó sin transporte a la ciudad hasta la media tarde de ayer convirtieron a la capital de la provincia literalmente en un infierno. El fenómeno climático alcanzó tal magnitud que obligó al gobierno municipal a decretar la emergencia hídrica. A última hora se registraron en la ciudad capital 130 evacuados.
El temporal de lluvia y viento que se desató cerca de las ocho de la mañana -casi coincidentemente con el inicio del cese del servicio de taxis, remises y ómnibus- fue anegando en pocas horas vastos sectores y barrios con viviendas invadidas por el agua, mientras que en la zona céntrica las bocas de tormenta y desagües comenzaron a colapsar hasta tornar prácticamente imposible el tránsito.
Autos atascados en el medio del diluvio, negocios invadidos por el agua y barrios enteros cubiertos por el agua fue la imagen que a partir de media mañana predominó en la capital santafesina. Para colmo de males, la paralización total de los distintos sistemas de transporte agravó aún más la situación.
Más de 300 unidades de colectivos, remises y taxis a la manera de un ejército mecánico se concentraron en la zona adyacente al faro en la remodelada avenida costanera, con la intención de marchar hacia el centro de la ciudad en caso de que el Concejo tratara las reformas al sistema de transporte público de pasajeros enviado por el Ejecutivo.
Pero cuando el conflicto del transporte pareció concentrar la atención de los santafesinos el impresionante diluvio dejó largamente en un segundo plano a ese conflicto que de todas maneras condenó a miles de santafesinos a tener que desafiar la intensa lluvia al retirarse de sus lugares de trabajo pasado el mediodía. Sin medios de transporte a su disposición, la gente demoró en algunos casos más de una hora en recorrer treinta o cuarenta cuadras entre las interminables filas de automóviles atascados en las calles convertidas en inmensos piletones.
Inclusive la atípica jornada que ofreció la caótica combinación del inusitado fenómeno climático sumado a la medida de fuerza prevista desde anteayer, derivó en un alto índice de ausentismo en comercios y en la administración pública, así como en establecimiento escolares.
El temporal, que no amainó durante toda la mañana y que se prolongó hasta las primeras horas de la tarde -cuando un sol radiante despuntó en el horizonte tornando sofocante el resto de la jornada- fue adquiriendo ribetes alarmantes obligando al intendente Marcelo Alvarez a convocar al comité de crisis.
El titular del Ejecutivo santafesino admitió que los desagües y bocas de tormenta están preparados para recibir 100 milímetros en determinado espacio de tiempo, pero los cerca de 170 milímetros que cayeron en pocas horas terminaron generando graves trastornos.
Como si lo descripto no bastará para retratar el caótico panorama, la fuerte tormenta también hizo colapsar el sistema eléctrico, ya que se contaron por centenares los cables cortados, así como las cámaras inundadas.
En Santo Tomé el desperfecto afectó al 70 por ciento de la población, y otro tanto sucedió en otras importantes poblaciones del departamento La Capital como Recreo, Rincón, Colastiné. Por otra parte, los inconvenientes afectaron el normal desarrollo de la actividad escolar, por lo cual las autoridades del ministerio de Educación resolvieron dejar a criterio de los directores de cada establemiento decidir el dictado de clases o no.
El ostensible mejoramiento de las condiciones climáticas por la tarde aliviaron la situación en la zona céntrica. Pero persistió la gravedad de los anegamientos en barrios marginales de la ciudad, sobre todo en el sector noroeste donde el agua invadió las humildes viviendas y tornó intransitable numerosas zonas de la periferia.
El costero distrito de Alto Verde y los barrios Santa Rosa de Lima y Villa del Parque, así como sectores del Centenario, Don Bosco y Villa Yapeyú, fueron los lugares donde debió concentrar esfuerzos el municipio y otros organismos de la provincia, como Defensa Civil, además del Cobem y Promoción Comunitaria.
Por la tarde se reunió el Comité de Crisis presidido por Alvarez, encuentro en el que se adoptaron medidas a partir de las cuales se esperaba que en horas de la noche -siempre y cuando que las condiciones climáticas se mantuvieran estables- los anegamientos fueran disminuyendo.



Las calles se vieron totalmente anegadas en Santa Fe.
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