Año CXXXIV
 Nº 48950
Rosario,
domingo  26 de
noviembre de 2000
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Reportaje
Jim Carrey: "Necesito sentirme especial"
El actor aseguró que su nueva película, El Grinch, habla de la gente que busca un lugar en el mundo donde sentirse querida

Gabriel Lerman

Los Angeles.- Aunque para la gran mayoría de los habitantes del planeta Grinch sea una palabra absolutamente nueva y sin ningún significado, para los norteamericanos y canadienses que crecieron leyendo los cuentos infantiles del doctor Seuss el Grinch es tan popular como para los latinoamericanos Caperucita Roja. Por eso no sorprende que uno de los actores más cotizados de la industria cinematográfica norteamericana, el canadiense Jim Carrey, no haya dudado un momento cuando le ofrecieron pintarse de verde para llevar al cine al popular personaje.
Lo mismo vale para Ron Howard, el director de grandes éxitos como Apollo 13 y Ransom. En El Grinch (que se estrena este jueves en los cines de Rosario), Carrey encarna al Grinch, un ogro que vive alejado de un pueblo que dedica todos sus esfuerzos a celebrar la Navidad. Y aunque el ogro no quiere saber nada con participar de las festividades, cuando aparece en su vida una dulce niña (Taylor Momsen) descubrirá que en la gran celebración hay también un lugar para él. El elenco del filme se completa con Christine Baranksi, Jeffrey Tambor, Bill Irwin y Molly Shannon. Anthony Hopkins es el narrador.
-¿Cómo describirías al Grinch?
-Creo que el Grinch es un descastado. El es la persona que no se siente parte del grupo, por eso, en lugar de tratar de lidiar con esa realidad y ver cómo puede hacer para que lo acepten, se vuelve una especie de ogro. Cuando era niño hizo el esfuerzo por tratar de que lo consideraran como uno más, pero como no lo logró, prefirió rendirse. Eso es lo que hace mucha gente. Mandan al resto del mundo al diablo en lugar de ver cuál es el problema que lo separa de los demás. El Grinch es básicamente una persona que quiere que lo acepten, quiere que le den un lugar para participar. Y cuando su corazón se transforma, es porque está listo para el cambio. Eso es lo que me gusta de este personaje. El está listo para el cambio, pero necesita que alguien se le acerque y le ayude a cambiar, dándole una oportunidad.
-El Grinch tiene muchos parecidos con Truman y con Andy Kaufman. ¿Te atraen estos personajes porque es así como te ves a vos mismo?
-Así es como Hollywood me ve a mí. En realidad, creo que todo el mundo se siente de esa manera en algún momento de su vida. En mi caso, fue así cuando llegué a Hollywood, porque es un sitio tan grande como extraño. Yo venía de una pequeña ciudad en Canadá, y cuando llegué aquí me sentía como si de pronto hubiera entrado en el set de una serie policial. Todo me resultaba extraño, menos los autos de la policía que había visto en las series norteamericanas que pasaban por la televisión canadiense. Durante un tiempo me sentí muy solo, no sentía que yo formara parte de este mundo. Pero siempre me sentí un poco así. Cuando yo era niño, todos mis amiguitos estaban jugando en la calle al béisbol mientras yo estaba en mi cuarto ensayando chistes para impresionar a la gente. Es algo que sigo haciendo, porque nunca termino de sentirme parte de la sociedad.
-¿Cuán difícil fue el maquillaje para esta película? ¿Tenías todo el cuerpo cubierto con maquillaje?
-Fue muy difícil de usar, porque tenía todo el cuerpo cubierto, desde la cabeza hasta los pies. Todo estaba cubierto, literalmente, por lo tanto me resultaba imposible rascarme la nariz, para darte un ejemplo. Fue una verdadera lección de zen. A veces lo que me pasaba era bastante divertido, porque la gente de la producción se daba cuenta de que estaba teniendo un problema porque me pegaba en la pierna, porque una técnica que aprendí fue a trasladar el dolor. Te pellizcas el brazo o la pierna para no obsesionarte con la parte de tu cuerpo que es la que de verdad te está molestando. Fue bastante duro durante las dos primeras semanas, pero luego lo pude superar. Es increíble a lo que se puede acostumbrar un ser humano. Podría vivir fácilmente en Marte...
-¿Y cómo fue trabajar con todo ese maquillaje encima?
-Fue un desafío y en algún punto pude olvidarme del maquillaje que tenía puesto encima, y dejar que el Grinch se apoderara de mi cuerpo. Mucha gente me ha dicho que puede ver el alma del Grinch a través de mis ojos, a pesar de que tengo puestos lentes de contacto. Y eso era exactamente lo que yo pretendía. Si el director dice: acción, y yo todavía sigo pensando en el traje que tengo puesto, pues estoy en problemas. Eso es lo que descubrí en esta película. Creo que podría actuar aunque tuviera a toda la línea delantera de un equipo de fútbol americano sentada arriba mío.
-Se publicó un rumor diciendo que te subiste a uno de los trencitos que hacen el tour de Universal Studios disfrazado de la madre de Norman Bates cuando estaban pasando frente a la casa de Psicosis. ¿Qué hay de cierto en eso?
-Son cosas que pasan. Sí, era yo, pero no lo hice porque estaba drogado sino simplemente para divertirme. Me divertí mucho mientras filmaba en Universal Studios, porque todo el tiempo pasan cerca los trencitos cargados de turistas. Muchas veces decidía distraerme un poco subiéndome a uno de esos trencitos o molestando a los turistas, a veces cargando contra ellos como si fuera un rinoceronte, simplemente porque nadie que venga a Universal espera encontrarse a una de las estrellas de Hollywood apareciéndose así como así. Yo me distraigo un poco y para los turistas es una gran sorpresa. No estuvo mal.
-Hay tanta gente en el mundo que sueña con convertirse algún día en una estrella de cine. Para vos que lo has logrado, ¿es algo que realmente vale la pena?
-Por supuesto. Es absolutamente maravilloso. Me encanta lo que hago. Hay muchos aspectos fascinantes del hecho de ser una estrella de cine, aunque por supuesto también te genera algunos problemas. Pero eso es lo de menos, porque cuando te dan la oportunidad de trabajar en un proyecto como éste con Ron Howard y con tantos artistas a mi alrededor, puedo decir que tengo una vida creativa en un ambiente creativo. Yo soy sólo uno de los artistas que trabajan en este proyecto. Yo comencé dibujando, y luego empecé a imitar voces, y mas tarde inventé personajes y aprendí a pintar. Trabajando como estrella de cine siento que formo parte del mundo de los artistas.
-Te suele ir mejor como comediante que como actor dramático. ¿Planeas hacer en el futuro algún drama en la misma linea de El mundo de Andy o The Truman Show?
-Sí, estoy por filmar una película con Frank Darabont que nos muestra lo importante que son los sueños. Es un historia muy hermosa y muy dramática. No me importa si este nuevo filme tiene una respuesta menor que mis comedias, porque yo puedo hacer tanto drama como comedia, y si me dejan hacer drama, pues haré drama. Yo simplemente preparo un plato, y si alguien lo quiere comer, pues se lo come, y si no, solamente yo me habré quedado con la satisfacción de haberlo cocinado.
-¿Qué hacés en ese filme?
-Voy a hacer de un guionista durante la caza de brujas en Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial. Es un hombre muy cínico, que vive desilusionado con como se han dado las cosas. Está escribiendo estupideces y le piden que para salvarse mencione a un par de colegas. Está muy deprimido con toda la situación, se emborracha, se sube a su auto, conduce por la costa californiana hasta que pierde control del vehículo, se estrella contra un puente y pierde la memoria. Así llega a un pueblo en el norte de la costa californiana que ha perdido un montón de hombres jóvenes durante la guerra, y como él se parece un poco a uno de esos hombres, todos deciden creer que es él quien ha vuelto.
-Antes de convertirte en actor profesional, ¿sabías que tenías un talento especial?
-Siempre hice lo que tenía que hacer. Cuando comencé, mi meta era ser especial frente a toda la gente que había venido a mi casa a celebrar la Navidad. Creo que yo necesitaba, y necesito, sentirme especial. Yo siempre sentí que mi vida era mágica, y que los milagros eran posibles. Que todo pasaba por creer en ellos.
-El deseo de agradar suele prevalecer en chicos que no tienen una infancia feliz. ¿De donde viene tu necesidad?
-Creo que tiene diversos orígenes. Siempre me estimularon mucho cuando niño, pero eso equivalía a mucha responsabilidad. Cuando te transformas en la estrella de tu familia tienes que estar siempre a la altura de esa celebridad. No es que te lo hagan a propósito, pero se da así. No es que te des cuenta, recién se te ocurre que te perdiste tu infancia mucho tiempo después cuando adviertes que se te ha ido el tiempo tratando de hacer feliz a todo el mundo. Cuando crecí, tuve que aprender a no tratar de agradarle a la gente todo el tiempo, es por eso que de vez en cuando hago elecciones un tanto extrañas. ¿De dónde viene esta necesidad? Supongo que de tragedias familiares. Como cuando mi padre se quedó sin trabajo. Es muy difícil para un niño manejar el enojo que le provoca que el mundo le haga algo así a la persona más importante de su vida. Cuando mi padre se quedó sin trabajo yo estaba enojado con el planeta y con todos sus habitantes. Hay un punto en que una situación como esa puede llevarte a convertirte en un Grinch, y mandar a todo el mundo al diablo, lo cual equivale simplemente a negar que tienes un problema. O bien puedes elegir por curar tu dolor sirviendo a la gente. Y eso fue lo que elegí yo...



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