Año CXXXIV
 Nº 48949
Rosario,
sábado  25 de
noviembre de 2000
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El dramaturgo Jorge Accame explicó Venecia en la Fiesta Nacional del Teatro
Accame: "No me gustaría tener la receta"
El autor jujeño habló del éxito de su obra que triunfó con distintos elencos en la Argentina, América y Europa

Rodolfo Bella

Salta (enviado especial).- La Fiesta Nacional del Teatro se desarrolló con normalidad en una ciudad con su calma acentuada por el primer día del paro nacional. También comenzaron las jornadas que reunieron a los críticos teatrales con el objetivo de analizar los objetivos de la crítica y su impacto sobre los elencos y los espectadores, que además incluye un encuentro con los directores teatrales y un abordaje crítico de las diferentes puestas de Venecia, la obra del jujeño Jorge Accame. La obra tiene una versión a cargo del elenco de Misiones y también se presentaron los elencos de Santiago del Estero y uno de los de la provincia de Buenos Aires.
La obra de Accame es una suerte de excepción para las dramaturgias regionales. Venecia se está representando en Londres, Colombia y Montevideo y tuvo una versión porteña, dirigida por Elena Tritek, que se presentó en festivales de Chile, Brasil, Bolivia y España. Para el año próximo, se están preparando versiones en Canadá, Estados Unidos y México.
Accame comenzó a trabajar el texto junto al director jujeño Tito Guerra con la intención de hacer una obra que estuviera relacionada con la prostitución, algo que quedó en un segundo plano. Guerra le relató la historia del personaje central, una prostituta anciana, que existió y fue muy solidaria, y que el día de su muerte tuvo un cortejo conmovedor de parte los habitantes del pueblo donde residía. Me pareció que bajando los decibeles a un plano doméstico podía rescatarse un personaje parecido, explicó el autor.
En cuanto a la versión que ofreció el elenco de Misiones, el autor aseguró: Me gustó que se sintiera Misiones en el lenguaje y en las características singulares de la región, algo que yo asocio con la selva y el paisaje misionero. Yo la situaría en una escala de mayor exceso que la de Buenos Aires e inclusive no me había dado cuenta del exceso de la de Buenos Aires, cuando vi la puesta de Londres.
El autor aseguró que se repuso a la sorpresa inicial que le generó la aceptación que tuvo su obra y entre las claves indicó: Yo nací y viví 20 años en Buenos Aires y otro tanto en Jujuy. Creo que esa conciliación entre los dos lenguajes tenga que ver con que la obra tenga un texto universal. Para cualquier dramaturgo es bueno ver si su obra puede funcionar en distintos lugares. Al principio me sorprendía todo lo que pasaba con «Venecia», pero ahora no. No pienso demasiado por qué tuvo tanta aceptación porque tampoco me gustaría encontrar una receta, aunque hacer algo después de «Venecia» es un problema, reconoció.
Me propuse contar una historia de amor y hacerlo con lo que es propio del juego teatral. Ese hacer una obra dentro de la obra. Siempre tuve afecto por el teatro popular y me interesó el grotesco criollo que se asienta mucho en un determinado lugar. Creo que hay que pararse en un sitio para tener una perspectiva lo que no implica que mañana pueda hacer una obra que no tenga nada que ver con Jujuy. No estoy casado con eso, contó Accame.
En ese sentido, añadió: Pareciera que uno tuviera que escribir lo que la gente quiere escuchar y, peor todavía, de la forma que la gente lo quiere escuchar. Creo que lo buenos es que haya alguna coincidencia entre lo que uno quiere decir y lo que la gente quiere escuchar. Si se da esa coincidencia en forma natural creo que es bueno. Lo otro es caer en una demagogia artística que puede ser peligrosa. Cuando escribo me interesa apelar a lo sensible y hacer reflexionar al espectador, apelar a una inteligencia sensible.
Sobre el proceso creativo, Accame dijo que tiene disparadores muchas veces casuales: Por ejemplo -explicó- la última frase de «Venecia», cuando dicen «parece frangollo blanco», que es un trigo molido, se lo escuché decir a una persona de mi vecindario una vez que nevó en Jujuy. Mi proceso creativo tiene entre otras cosas la presencia de algunas palabras en determinado orden que me emocionan y trato de respetarlas y armar una historia alrededor de eso. Podría ser como la explicación de esas palabras que me han emocionado y siempre con la presunción de que esas palabras en ese orden puedan emocionar a otros que las escuchen.
Para finalizar Accame habló de la función del dramaturgo y opinó que los elencos están recurriendo nuevamente al teatro de texto. Yo tuve mucha suerte con una sola obra. Las otras se hicieron en la provincia y fueron llevadas a festivales, pero esta suerte de que haya representaciones en el exterior, fue sólo con «Venecia». De todas maneras, después de una saludable época de creación colectiva, se rescataron algunos elementos aprendidos de esas experiencias y ahora se está volviendo al teatro de autor, confesó.



"Venecia" tiene un lenguaje universal.
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