-¿Por qué un disco doble?
-Es que soy muy prolífico y compongo todo el año. Si fuera por mí grabaría un disco por mes. En Desigual uno de los discos tiene canciones serias y el otro, temas alegres. Es que las canciones serias no tenían ninguna posibilidad de compartir un mismo disco con las humoradas, lo que me obligó a partir el repertorio: una parte con más sentimiento y la otra con mucho ritmo y fiesta.
-Suena tajante la división entre canciones serias y alegres.
-Sí, y tal vez las alegres a veces son la más serias. Pero sobre todo hay una cuestión estética-musical desigual entre los discos. Por ejemplo, los violines del primer disco no se llevarían muy bien con los cencerros del segundo. La idea fue poner el acento en lo desigual. Algo parecido ocurre con el mundo.
-¿Pensaste también que si es difícil vender un disco simple lo que puede costar poder vender uno doble?
-Como soy mi propio sello, mis hermanos me tienen que colmar los caprichos. Hicimos un gran esfuerzo para este álbum y el costo tratamos de asumirlo nosotros, por lo cual sugerimos que no se vendan los discos a más de 24 mangos. Pero debo aclarar que el costo fue el de dos discos. Por lo tanto, los márgenes de ganancias son mínimos.
-¿Qué ventajas y qué desventajas tiene hacer un disco independiente?
-Soy un caso atípico en la producción independiente. Mi primera experiencia en esto fue el disco Divertidísimo, que vendió muchísimo y me dio plafón para invertir en los otros discos. Tuve esa suerte. Pero para la mayoría que se larga en la producción independiente es muy difícil, cuesta colocar el trabajo en las disquerías y, además, sostener una estructura de distribución es tremendo. Conozco lo que estar mimado por las compañías. Yo conozco las dos veredas. Hoy, por suerte, el que me sigue sabe dónde conseguir mis discos.
-En Desigual hay un tema que se llama Maldito Serrat que dice que el catalán te quitó un par de ideas.
-Tendría que hacer todo un disco con los malditos Serrat, Atahualpa, Les Luthier... En el fondo es un homenaje a Serrat aunque no deja de traslucir mi envidia, de maldecir ¡cómo escribe este tipo!.
-¿Por qué no se dio en tu carrera otro hit como aquel Lo atamo con alambre?
-Aquel primer álbum tuvo un éxito enorme, que ni siquiera los discos de River pudo equiparar. Creo que hubo varias cosas que se dieron, y que fueron irrepetibles, pero sobre todo fue el factor sorpresa, ya que en el 78 era muy raro mezclar música popular y broma. Las compañías pensaban que el humor no vendía discos. A partir de mi tercer disco mi intención fue poner el acento en algo más profundo, y entonces se me cerraron las puertas, lo que me hizo pagar un costo que pagué con gusto, ya que elegí el camino más sinuoso. Soy parte de una camada de artistas argentinos que nos vimos muy desprotegidos por los grandes medios. También debe haber una cuota de culpa mía, en el sentido de que no me volvió a salir temas como aquel o como Cuánta mina que tengo. Pero sigo en la lucha, agarrado de la cornisa.
Ignacio Copani presenta Desigual, hoy, a las 23, en el bar Olimpo, Corrientes y Mendoza.
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El cantautor dice que lucha "agarrado de la cornisa". |  | Ampliar Foto |  | |
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La Ciudad
