Carlos Nine da una lección de dibujo en el Centro Cultural Parque de España, pero no sólo hace eso, también introduce al público en sus sátiras a la novela negra a través de unas pocas historietas, y deja ver toda su profesionalismo, que implica también un acto creativo, en algunos de los trabajos hechos por encargo para medios gráficos de todo el mundo.
En los túneles (Sarmiento y río Paraná), Nine presenta una serie de obras de distintas etapas. Hay pasteles, grafitos y acuarelas, entre ilustraciones y cómics de diferentes épocas. El recorrido incluye desde las historietas donde despliega todo el vuelo creativo a los más sumisos, pero no por eso de menor calidad, dibujos a pedido, como los famosos signos del zoodíaco, que aparecen en un diario porteño.
La sorpresa de la muestra son los relieves realizados con yeso y cartapesta. En esas obras, el efecto teatral es evidente, y es esta posibilidad la que parece ofrecerle al artista la oportunidad de decir las cosas de otra manera. De por sí, Nine es de los que dejan en claro que no pueden aburrirse y por eso las imágenes son una sucesión de sorpresas, como si fuera todo un gran sueño, donde los hombres se confunden con los animales, todo se deforma, y sin embargo las figuras están perfectamente construidas y permanecen en un misterioso equilibrio.
Nine advierte que su trabajo parte de una concepción abstracta, la misma que garantiza ese orden sobre el cual se puede desarrollar la anécdota, sea cual sea. En ese campo, es donde a partir de la mancha y la línea construye su mundo, y aparece la narración, que lleva una cuota de erotismo, aunque siempre aparezca disfrazado de alguna manera.
Lo fantástico de estos dibujos es que todo retrocede ante la mirada del espectador. Nine logra crear un mundo posible, aunque es indudable que se trata de una ficción. Todo es coherente, aun el absurdo.
Un curioso catálogo
El catálogo que acompaña la muestra del Parque de España completa curiosamente la exposición. En él, aparecen una serie de textos, la mayoría diálogos y fragmentos de reportajes, que dan ciertas pautas acerca de la personalidad y de las ideas de Nine.
Si bien todo es muy resumido, Nine eligió poner de manifiesto ciertas ideas, a la vez que algunas críticas aun sin hacerlas explícitas. Es evidente que los referentes del campo del arte que aparecen citados (Jorge Glusberg y Rogelio Polesello) aparecen expuestos a partir de ciertas frases sin que él abra ningún juicio. Lo que sí se sabe es que el los ilustradores e historietistas, más allá de su calidad, no suelen ocupar un espacio en el campo artístico.
Académico
Carlos Nine nació en Buenos Aires en 1944. De formación académica, estudió en las escuelas nacionales de Artes Visuales Manuel Belgrano y Prilidiano Pueyrredón. Ha hecho ilustraciones, cómics, pinturas, esculturas y es también autor de libros y obras de teatro, que han formado parte de numerosas exposiciones tanto en la Argentina como en Europa.
Su trabajo, que fue distinguido con importantes premios, ha sido publicado en Argentina, Brasil, México, los Estados Unidos, España, Italia, Francia, el Reino Unido, Bélgica, Alemania, Taiwán y Hong Kong.
En tanto, sus cómics han sido reproducidos en las revistas argentinas Fierro y Humi, en la publicación Comic Art de Italia y en la U-Comix de Alemania, entre otras. Cabe destacar su participación en la sección internacional de los diarios Le Monde, de Francia, y New Yorker, de los Estados Unidos.
En la actualidad trabaja para varias publicaciones argentinas y del exterior. Entre sus libros, se destacan Meutres et chatiments (Albin Michel, París 1991), Fantagas (Delcourt, París 1995) y Keko el mago (Colihue, Buenos Aires, 1996).
La Ciudad
