Los amores y desengaños de Frida Kahlo y Diego Rivera no son un misterio para los aficionados al arte, pero la subasta de sus obras ha ayudado a desgranar la vida íntima de estos artistas, que volverán a ser protagonistas de las ventas de esta semana en Nueva York. Todos los grandes nombres del arte latinoamericano, desde Fernando Botero a Francisco Toledo, Candido Portinari o Roberto Matta, estarán presentes en las subastas que las firmas Sotheby's y Christie's celebrarán a partir de hoy.
Hace año y medio, Christie's subastó Retrato de Paulette Goddard, un lienzo que Diego Rivera pintó en 1940. La exposición al público del cuadro en los días previos a la venta recordó que Goddard estaba casada con Charles Chaplin cuando posó para el artista y se convirtió en su amante, mientras que Rivera se había distanciado de su mujer, Frida Kahlo, quien, a su vez, mantenía una relación con León Trostky.
Esta temporada, la subasta expone al ojo público el idilio entre Kahlo y José Bartoli, un atractivo artista catalán, inteligente y comprometido políticamente, que huyó de España al final de la guerra civil y pasó por campos de refugiados y concentración en Francia y Alemania antes de viajar a Sudáfrica y México, donde vivió entre 1942 y 1946.
Entre las aproximadamente veinte cartas que la artista mexicana envió a Bartoli, algunas muestran una gran sensualidad, según la responsable del departamento latinoamericano de Sotheby's, Isabella Hutchinson.
Sotheby's subastará hoy un autorretrato miniatura de Kahlo que forma parte del legado de Bartoli y que que lleva la firma de Mara „el nombre que la artista utilizaba en su relación con el catalán„ y la dedicatoria Para Bartoli, con amor.
Sotheby's, cuyos expertos valoran la miniatura entre 150.000 y 200.000 dólares, ofrece también del mismo legado un conjunto de objetos que la artista envió a Bartoli y que éste conservó casi cuarenta años. El lote incluye unas cintas color fucsia, un reloj, hojas secas, un accesorio de ropa, varios broches, una pequeña talla en madera y otros objetos de Frida, así como un dibujo de Bartoli, que a pesar de no tener gran valor monetario (entre 20.000 y 30.000 dólares el conjunto), está impregnado de un poderoso valor sentimental.
En esta ocasión, las obras de Diego Rivera que salen a subasta no tienen connotación amorosa, ya que forman parte de sus trabajos durante la etapa cubista (paisajes y bodegones) o están relacionados con los indígenas y las tradiciones. Entre los tres Rivera que propone Christie's figura Niña comiendo caña, valorado en al menos 600.000 dólares, mientras que Sotheby's ofrece catorce lotes de este artista, entre ellos dos retratos, uno de José Guadalupe Castro Sosa y otro de Modesta, cada uno valorado en al menos medio millón de dólares.
Sin embargo, la piezas más valiosas de la temporada de subastas de arte latinoamericano corresponde a lienzos del mexicano Rufino Tamayo, de los que Christie's y Sotheby's ofrecerán cinco cada una.
Obras de argentinos
Si bien no hay muchas obras de argentinos en la subasta, se destacan las pinturas de Emilio Pettoruti y de Antonio Berni. Del rosarino, que ya es un clásico en los remates neoyorquinos, se ofrece Juanito jugando a las bolitas, un collage de 1973 que está valuado entre 180 mil y 220 mil dólares.
Otros que completan el lote argentino son Xul Solar, Molina Campos, Bonevardi y Thibon de Libian, mientras que entre los artistas vivos, los que buscan nuevos récords para su obra son Guillermo Kuitca, Antonio Seguí y Luis Fernando Benedit.
La Ciudad
